Brasilia / PL
De prevalecer la decisión que hoy mantiene fuera de la urna electrónica el nombre de Luiz Inácio Lula da Silva, los votos nulos y los indecisos ganarán el primer turno en las elecciones brasileñas de octubre próximo.
Una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) realizada entre el 1y el 3 de los corrientes reveló que en conjunto los votos blancos y nulos y los indecisos representan un 28 por ciento de los potenciales votantes, seis puntos más que el candidato mejor posicionado, el representante de la extrema derecha Jair Bolsonaro.
El ex capitán del Ejército saca 10 puntos a los aspirantes Marina Silva (Rede) y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués), y 13 al ex gobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, señalado como el candidato del golpe parlamentario-judicial perpetrado en 2016 contra Dilma Rousseff.
Bolsonaro, dijo el portal Poder 360 al reseñar los resultados del sondeo, tiene además sobre sus contrincantes la ventaja de contar con el electorado más fiel; pero también enfrenta un gran obstáculo: el nivel de rechazo, que es con mucho el más elevado entre los 13 presidenciables inscriptos al alcanzar un 44 por ciento.
Ese repudio que genera Bolsonaro, reo de la justicia por incitación al delito de estupro y pendiente del juzgamiento de una acusación por racismo, explica la dificultad que tendría el representante del Partido Social Liberal (PSL) para poder imponerse en un predecible segundo turno.
Del total de potenciales electores encuestados por Ibope, un 44 por ciento confirmo que de ningún modo votaría por Bolsonaro; una cifra que en los casos de Marina, el posible contendiente del Partido de los Trabajadores (PT) Fernando Haddad, Alckmin y Gomes se sitúa en 26, 23, 22 y 20 por ciento, respectivamente.
El nombre del ex presidente fue excluido de la urna electrónica este 1 de septiembre por el Tribunal Superior Electoral (TSE), que desconoció una decisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU indicando al Estado brasileño garantizar a Lula el pleno ejercicio de sus derechos políticos, incluso los inherentes a su candidatura presidencial.
Lula permanece desde el pasado7 de abril como preso político en la Superintendencia de la Policía Federal (PF) en Curitiba y, pese a su condición, lideró con holgura todas las encuestas de intención de voto en que su nombre figuró entre los posibles escenarios del pleito en las urnas.