Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
La reciente presentación de parte del ejecutivo, de su propuesta para reformar al sistema de pensiones, no trae consigo ninguna novedad a pesar del tiempo que tomó su desarrollo.
Ello generó la expectativa de que sería una propuesta integral, que superara por ejemplo el tema de la deuda para con el sistema contraída por el estado, o el de la ampliación de la base de cotizantes, o como se propone anular los pingües beneficios que sustraen sin hacer nada, las afps, desmontando el aparato que por ahora legaliza el robo de estas, a los trabajadores, cargando de paso a la población, en particular a la no afiliada, con obligaciones tributarias para sostener el fallido sistema privado de pensiones.
O lo más importante, como asegurar que quienes se encuentran próximos a su jubilación accedan a una pensión digna que les permita retirarse sin temer por su porvenir, como ahora sucede con la burla pensionaria que les deja, mientras se utiliza la amplia base de ahorros para el beneficio de la élite, con las denominadas pensiones VIP de la que gozan apenas el 1% de los mismos, para los que sí existe una suerte de reparto privativo, mientras para el resto no.
Ahora bien, para los que celebran el aumento supuesto de la pensión a los $400.00 anunciados por el gobierno, deben revisar la misma propuesta que se discute en la asamblea en donde es patente que lo que se está haciendo es restar a la misma lo correspondiente al seguro de invalidez y defunción, aumentando así incluso las utilidades de las afps, que no supone un aumento real y si una desprotección para los trabajadores, por lo que ello implica.
Para colmo, las supuestas discusiones celebradas en el hemiciclo legislativo padecen el exprofeso propósito de engañar a la población con el show de siempre, en el que lo circense se impone pues sencillamente la mayoría de los padres y madres de la patria son incapaces de emitir un juicio propio, que paran ellos mismos, reduciéndose apenas a ser espejos de lo dictado desde casa presidencial sin al menos interpretar lo emitido, pues carecen, su desempeño y ejercicio así lo demuestra, de voluntad o iniciativa propias, reduciéndose al papel de vulgares marionetas políticas incapaces de notar que eventualmente las reglas que nos imponen al resto se las aplicará también a estos, con los mismos efectos, pues no hay ninguna dignidad en la conservación que ahora hacen de este fracasado modelo como con su consiguiente traición al soberano.
En resumen, el tiempo perdido en la construcción de esta propuesta condena a los trabajadores a peores condiciones, pues se les abandona a la desprotección señalada, desmejorando su nivel de vida, acentuando los vicios de origen que dieran vida a este modelo privado de pensiones, y demostrando, que, en el mejor de los casos, el ejecutivo la misma mañana que presentara el proyecto lo calculara del modo que ha sido conocido, improvisando una vez más, sin resolver nada.
Como es la constante de esta gestión.