Santiago Leiva
@Santileij
México recibió cuatro clavos en su ataúd. La joven selección de Alemania le apagó las luces a un Tri que jugó a tientas y su técnico Juan Carlos Osorio ni siquiera quiso utilizar Carlos Vela para que medio le alumbrarse el camino y sacar provecho a la posesión de balón.
Los aztecas pagaron caro el nerviosismo inicial y cayeron en la boca de León Goreztka que se los devoró en menos de 100 segundos.
El “tanquesito” alemán celebró su primer bocadillo al ´6, con un tiro raso desde la frontal del área, y luego, un minuto y segundos después volvía a dejar para la foto al portero Memo Ochoa.
Aturdidos, pero con el orgullo intacto México comenzó a hacer su fútbol, a hacer circular la pelota y crear circuitos en la zona ancha, pero en la entrada al área se topaba con retenes alemanes y no podía saltar la alambrada para llegar a la trinchera de Ter Stegen.
Tuvo que esperar más de media hora la armada del cafetero Osorio para dispararle con algún peligro al meta alemán.
Fue Gio Dos Santos quien quemó el primer cartucho, pero le salió soplado. Y luego al ´35 llegó el turno para Javier “Chicharito” Hernández, pero llegó con la mirilla torcida y colocó su remate sobre el travesaño.
Con las líneas enemigas en avanzada, los alemanes se refugiaron en su trinchera y así aguantaron hasta que llegó el momento de la tregua y pudieron descansar y cargar la munición de sus fusiles.
Al sonido de la trompeta los charros reanudaron su batalla, pero el camino a la final pintó tan escabroso como gris y nunca vieron la luz de la remontada.
Timo Werner falló en sus botines el 3-0, pero solo minutos más tarde volvió a jalar el gatillo y esta vez no perdonó. Así al ´59, a los mariachis ya les tocaban las golondrinas y le señalaban el camino a casa.
Con el orgullo tocado y aplastados por un “selección B” de Alemania, México intentó buscar el tanto de la honra, pero se topaban una y otra vez con los guantes Ter Stegen, y cuando lograban superarlo se estrellaban con el poste.
Al ´75 un testarazo de Raúl Jiménez mordió el horizontal, y luego ya sobre el final del partido Marcos Fabián de la Mora sacó un misil y destruyó el cuartel germano.
El 3-1 se mantuvo apenas segundos en el pizarrón porque Alemania le sacó petróleo a un contra ataque y decretó el 4-1 definitivo al ´90.
La anotación llevó la firma de Amin Younes. Para entonces Osorio ya había quemado todos sus cartuchos y Vela no vio ni un solo minuto.
En esta ocasión el “zurdo” no tuvo vela en este entierro. Vio de lejos como Alemania clavaba y sepultaba las esperanzas de México de llegar a la gran final de la Copa Confederaciones.
El ejército alemán se enfrentará a Chile, un rival con virtudes distintas a los aztecas. Este será el segundo choque entre alemanes y andinos en esta misma competencia. En la primera fase empataron 1-1.