Buenos Aires / AFP
Sindicatos y organizaciones sociales movilizaron el lunes a decenas de miles de personas en Buenos Aires, en el día previo a una huelga general en rechazo a las medidas de austeridad del gobierno de Mauricio Macri y a un acuerdo con el FMI.
Con banderas y tambores, los manifestantes llegaron en varias marchas desde las afueras de Buenos Aires hasta la céntrica plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la presidencia.
«No al FMI», «No al ajuste», decían las pancartas desplegadas en la plaza y las calles aledañas, llenas de manifestantes.
«Mauricio Macri dejó de gobernar la Argentina, cada medida que toma la tiene que consultar con el FMI», reprochó Joaquín Noya, uno de los manifestantes.
Macri, un liberal de centroderecha, acordó en junio un auxilio por 50.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional para hacer frente a una crisis cambiaria que ha llevado a una depreciación de 50% de la moneda desde enero.
Argentina negocia en este momento una ampliación de ese acuerdo -del cual ya ha recibido 15.000 millones de dólares- y también que se acelere los desembolsos previstos para los años siguientes.
«Vamos a tener más apoyo del FMI. No puedo decir cuánto, porque estamos negociando», dijo Macri este lunes en una entrevista con la televisión Bloomberg desde Nueva York, donde asiste a la asamblea general de Naciones Unidas.
Los argentinos guardan malos recuerdos del FMI, tras décadas de endeudamiento y luego de la crisis de 2001 que llevó al país a declararse en default y causó un fuerte aumento de la pobreza y el desempleo.
«Estamos en contra del ajuste de Macri, en contra del ajuste del FMI. Particularmente los docentes peleamos por más presupuesto para la educación», dijo a la AFP Sonia Alessio, de un sindicato del magisterio.
Aunque la huelga general fue convocada para el martes, ya este lunes pararon la escuela pública, los hospitales y parte de la administración pública.
Este martes no habrá transporte público, ni banca, y los controladores aéreos suspenderán sus actividades por lo que las aerolíneas comenzaron a reprogramar sus vuelos.
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, lamentó el llamado a huelga general, al considerar que Argentina se encuentra en un momento «en que todavía la actividad está cayendo y tenemos que empezar a recuperarla».
«A pesar de todo eso seguimos manteniendo los canales de diálogo abiertos», afirmó en una rueda de prensa.
Debido a la crisis económica, Argentina cambió sus previsiones para 2018 y ahora proyecta una inflación anual por encima de 40% y una caída del Producto Interno Bruto de 2,4%.
Para 2019, el gobierno de Macri se propone lograr que el déficit fiscal primario sea equivalente a cero, lo que supone duras medidas de ajuste.