Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Jóvenes de 10 comunidades en riesgo que han sido capacitados en un proceso teórico práctico, fueron beneficiados por el Sínodo Luterano Salvadoreño y el Socorro Luterano Mundial con herramientas de trabajo para que inicien sus acciones de emprendedurismo.
Marvin Guardado, joven residente en el cantón Las Minas, Chalatenango, se mostró agradecido por la ayuda recibida, ya que esto le permitirá mejorar su negocio de barbería, pues contará con las herramientas adecuadas para brindar un servicio de calidad.
“A partir de hoy, ya tendré todo lo necesario para mi negocio. Desde hace 6 años que me dedico a ser barbero, pero solo contaba con una silla, un peine y una máquina corta pelo; ahora con la ayuda de la iglesia podré tener las herramientas completas. Esto me ayudará a generar más ingresos y mejorar la economía de mi hogar”, expresó Guardado.
Entre los criterios que se tomaron en cuenta para seleccionar a los jóvenes beneficiados está provenir de comunidades en riesgo social, ser de familias de escasos recursos y haber desarrollado una visión de emprendedurismo.
Las capacitaciones han sido en cosmetología, barbería, panadería, carpintería, electricidad, corte y confección, en su mayoría otorgadas por el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP) y por la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) y la Iglesia Luterana Salvadoreña.
A partir de su graduación los jóvenes deben establecer una acción micro-empresarial en los lugares de donde provienen y serán supervisados por los organismos que brindaron las capacitaciones. Santiago Rodríguez, coordinador del proyecto “Pan nuestro de cada día”, de la Iglesia Luterana, explicó que dicha iniciativa nació como una lucha contra el hambre, donde cada joven día a día debe librar una batalla para salir adelante. Al inicio se trabajó con personas adultas, sin embargo, después surgió la necesidad de incorporar a jóvenes al proceso de iniciativas productivas bajo el concepto de “emprendedurismo”.
“Manténganse firmes en ese espíritu de lucha por la vida, por la familia, que maravilloso cuando logramos entender el proceso de emprendedurismo, y vemos como este proyecto ha logrado cambiar sus vidas. Este proyecto puede ser pequeño en cosas materiales, pero grande en amor, solidaridad y conocimientos”, señaló Rodríguez.