Herson Vázkez
Catedrático de Relaciones Internacionales
1. Los hechos.
El ataque simultáneo de Estados Unidos, Francia y Reino Unido a la República Siria, corresponde a una escalada internacional para fortalecer los intereses imperialistas de potencias occidentales en descenso, frente al avance geoeconómico-militar emergente y global de Rusia y China.
Estados Unidos impulsa un ataque selecto contra Siria soslayando claramente el derecho internacional. El objetivo de este ataque, según el gobierno del presidente Donald Trump, era dar una lección al presidente sirio Bashar Al Asad, por un supuesto uso de armas químicas contra población civil. Decisión arbitraria que no fue debatida en ningún medio, ni mucho menos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad retomó una reunión de emergencia para delimitar los hechos. Rusia y China se mantienen firmes en no aprobar los ataques de las tres potencias. La posibilidad de veto que ambos tienen en el consejo no permite a Estados Unidos y sus aliados configurar un acuerdo legal para invadir a Siria. Es por ello que Washington decide lanzar 103 misiles a supuestos objetivos donde se guarda arsenal de armamento químico, aunque no cuenta con pruebas para hacerlo. Una violación flagrante al Derecho Internacional.
2. Análisis: una perspectiva del conflicto sirio.
A.- Perfil político bajo de EE.UU. Para nadie es nuevo que Estados Unidos no está pasando por sus mejores momentos de la historia de la política internacional contemporánea. Está con un perfil bajo en la arena internacional. El hecho de no imponer sus intereses en Oriente Medio y decidir sobre el futuro de Siria, le ha dejado al margen de dialogar con Rusia, sobre el futuro de la región.
B.- Geopolítica de la Guerra. El conflicto en Siria llega a siete años. Desde un inicio la comunidad internacional fue testigo de los intereses geopolíticos de EE.UU., tanto dentro de Siria, como en la región. Washington quiso hacer del conflicto una invasión relámpago, con poco tiempo de operaciones militares y el apoyo de grupos insurgentes, como el frente Al Nusra y otros que se crearon para derrotar al gobierno del presidente sirio Bashar Al Asad. No contó con que Siria es un aliado importante de Rusia y China. Ambas potencias emergentes con decisión de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, que jamás permitirían una invasión directa en el país del levante; primero por asegurar una región rica en recursos energéticos, y segundo, por mantener seguro su cinturón geopolítico próximo a Rusia.
C.- El papel del Kremlin. Desde los orígenes del conflicto en Siria, Rusia sentó una política clara y contundente: Siria no sería jamás un Afganistán (2001); un Irak (2003); una Libia (2009); ni parte de la dramática Primavera Árabe (2011). Para Rusia Siria ha sido un aliado y socio muy importante en cuanto a recursos energéticos y posición geográfica frente al pivote Ruso-Oriente Medio, además de albergar una base militar rusa en su territorio.
En ese sentido, la postura rusa impulsó las siguientes estrategias: a) Instalación de sistema de defensa rusa con Baterías antimisiles S-400; b) un papel diplomático agresivo en el Consejo de Seguridad y con los organismos correspondientes, el cual consistió en eliminar todo arsenal químico en Siria, evitando así la posibilidad de una posible invasión de EE.UU. y sus aliados (año 2013).
c) Insertó su participación militar para combatir contundentemente, a los grupos terroristas: Estado Islámico, Frente Al Nusra y otros grupos insurgentes, que según investigaciones fiables, estaban apoyados por EE.UU. y sus aliados, Reino Unido y Francia.
d) Un papel diplomático negociador. Esta ha sido la estrategia más efectiva para frenar el avance bélico de Washington. La administración del presidente Vladimir Putin derrota en la arena diplomática a EE.UU. sin necesidad de disparar un tiro. Estados Unidos imposibilitado para hacer la guerra, pierde su avance imperialista en la región de Oriente Medio, y pierde incidencia geopolítica frente a la presencia de la doctrina Putin.
D.- Perspectivas geopolíticas. El objetivo principal de EE.UU. es desatar un conflicto regional que luego se convierta en una guerra internacional.
Desestabilización total para fortalecer su presencia en Oriente Medio y avanzar ágilmente hacia el centro de Eurasia. Sin embargo, la función política y diplomática de Rusia en esta región, ha frenado la expansión de Washington, reflejando una derrota política-diplomática para Estados Unidos.
Finalmente, no debemos olvidar que el escenario Siria-Oriente Medio y Rusia-EE.UU. más aliados de este último, es un elemento explosivo con capacidad de generar una guerra a escala mundial. Los intereses son contradictorios y complejos; los resultados… inesperados. El trasfondo: descenso de la hegemonía frente al multipolarismo emergente: Rusia-China.