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Gloria Silvia Orellana
@DiarioColatino
El anunció del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), sobre el lanzamiento de “Sistemas Agroalimentarios Sostenibles “ , a través de Sistemas Integrados de Alimentación Familiar (SIAF) y los Sistemas Integrados de Alimentación Comunitaria (SIAC), no son suficientes para enfrentar la realidad del agro salvadoreño, afirmó Adalberto Blanco, de la Mesa por la Soberanía Alimentaria.
El ministro Oscar Guardado afirmó que será una “producción sustentable y climáticamente inteligente” , y que los agricultores contarán con asistencia técnica y dotación de insumos.
El funcionario agregó, en el lanzamiento de los SIAF y SIAC, que la finalidad de estos sistemas era “ampliar la tecnificación de la producción y el autoabastecimiento de alimentos”, y planteó que van a “generar mejores ingresos a las familias agricultoras”, así como su salud por el consumo de una dieta equilibrada y complementaria de los productores.
Para Adalberto Blanco, este proyecto se suma a otros, de los cuales, afirmó, la población no ha tenido información sobre los fondos como el anunciado entre el gobierno de México y El Salvador, que afirmaban la generación de alrededor de 20 mil empleos, pero no hay datos oficiales que lo confirmen.
“Después se habló de programa de rescate o despegue para la agricultura, con 600 millones de dólares para café y 600 millones de dólares para los granos básicos, pero tampoco hubo nada. Hablaron de cultivos de alto rendimiento como el maíz, para lograr mayor cantidad por manzana, y tampoco supimos nada. Ahora viene con otra aventura de cultivos protegidos”, criticó Blanco.
Sobre este tipo de cultivos protegidos, Blanco aclaró que requiere cuatro veces más el suministro de agua y un monitoreo técnico permanente para el control de hongos, principalmente porque la humedad y el calor que se producen en las “casas mallas”, es excesivo y no son como los invernaderos.
A diferencia de estos sistemas de cultivos confinados a un lugar, los invernaderos que se utilizan en zonas frías y básicamente están para generar calor en el espacio del cultivo y resistir para llegar a la producción.
La Casa Malla también produce calor y aunque puedan ser parecidas en su aspecto al invernadero, la diferencia es la tela que la recubre se llama “malla antivirus”, de ahí su nombre “casa malla”, en donde los cultivos necesitan más agua para suplir la cantidad de calor que resguarda por la “vaporación interna del espacio protegido” lo que incrementa la humedad sumado al calor.
“Estos sistemas tienen también la particularidad de ser altos consumidores de veneno, por el uso de agrotóxicos y químicos, ya que los sistemas protegidos, pese a que se cree que son protectores de plagas, son altos consumidores de agrotóxicos”, aclaró.
“Y si sumamos que está planteando a finales del invierno, eso significa que deben generar medidas para tener acceso permanente de agua. No entiendo como lo lanzan cuando ya va a cerrar el invierno y estamos hablando de hortalizas que requieren 3 ó 4 meses para iniciar la producción”, expresó Blanco.
Este calor y humedad producido por la casa malla hace proliferar “hongos y otras bacterias”, lo que exige de estos cultivos un manejo permanente y adecuado frente a la alta posibilidad que sus plantas enferman, indicó Adalberto Blanco.
“Por supuesto, la tela protege de insectos y virus, pero no del tema de la humedad, entonces, para prevenir esto, los cultivos se vuelven altos consumidores de agrotóxicos y agua para controlar todo el tema de hongos y enfermedades que generan de bacterias”, argumentó.
“Hay sistemas de cultivos protegidos que tienen altos niveles de tecnificación, hay unos que tienen mecanismo de control de temperatura por medio de la pulverización de agua o sistemas de riego por goteo. Hay modalidades de cultivar en baldes para poder controlar el tema de hongos y bacterias y otros en la tierra directamente, pero todo esto implica tecnificación, acceso a energía eléctrica, agua y asistencia técnica que son caras todas estas”, reconoció Blanco.
En la primera fase del proyecto anunciado por el ministro Oscar Guardado, se establecerán 500 SIAF y 100 SIAC a escala nacional, la que contará con una inversión de más de un millón de dólares.
Dicho financiamiento procede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que permitirá la implementación de 100 casas mallas con sistema de riego y adaptadas al corredor seco del país, señaló el ministro Guardado.
En cuanto a la tecnificación en finanza y comercialización, el funcionario agregó que habrán “planes de negocio” para los agricultores para que tomen posesión en el mercado con estándares de calidad en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
Adalberto Blanco opinó que esto no es “la solución”, tras comentar que han llenado de casas mallas la parte alta de Chalatenango, con estos sistemas tecnológicos, y que aún no se ha superado la producción de hortalizas.
“Una agricultora me decía que a 4 años de haber instalado su casa malla, aún no recupera los costos, claro, está bien la inversión, pero es una lástima que esta inversión no se haga con métodos más amigables para el medio ambiente, y con mayor participación se tendría una mejor producción porque llegaría a más agricultores”, alegó.
“Debemos preguntarnos ¿Cuánto valen esos sistemas?, las proyecciones de los ingresos de esos sistemas y la calidad de vida que tendrán en su salud los trabajadores por esos sistemas protegidos que generan calor excesivo. Insisto, también en generar autonomía frente al cambio climático y en esto lo que está generando es resistencia por medio de la utilización intensiva del bien común como el agua y no tenemos la suficiente, entonces, no se están generando las verdaderas condiciones para superar esta crisis en el agro”, puntualizó Blanco.
