Por Roser Toll
Santiago de Chile/AFP
TeleSUR
La socialista Michelle Bachelet, cialis que volverá a la Presidencia de Chile tras ganar con una amplia mayoría el balotaje del domingo, sick recibirá un país en desaceleración económica, viagra con fuertes demandas sociales y una alta expectativa en su poder de transformación.
Bachelet se impuso por 62,1% de los votos en segunda vuelta a la derechista Evelyn Matthei, quien obtuvo un 37,8%, el peor resultado de la derecha desde la llegada de la democracia tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990, y después de un gobierno de su propio sector.
Este hecho representa una segunda victoria consecutiva, luego de la primera vuelta de las elecciones celebradas el pasado 17 de noviembre, en la que Bachelet compitió con otros ocho aspirantes, entre ellos la aspirante de la derecha oficialista, Evelyn Matthei, un momento inédito para la historia de la democracia en Chile.
Dos caras por La Moneda
Dos visiones distintas fueron determinantes para esta elección donde se definía la conquista nuevamente de la izquierda en Chile o la continuidad de la derecha. Aunado al característico detalle, las dos candidatas presidenciales son mujeres, las protagonistas de esta contienda electoral se conocen desde la infancia; ambas compartían juegos en el barrio Antofagasta (norte).
En este lugar sus padres, oficiales de la Fuerza Aérea chilena, estaban destinados. Fernando Matthei, padre de Evelyn fue el mejor amigo de Alberto Bachelet, progenitor de Michelle.
Meses después del golpe de Estado propinado contra Salvador Allende Fernando Matthei fue nombrado director de la Academia de Aviación y próximo a su oficina Alberto Bachelet era maltratado por los funcionarios de Augusto Pinochet.
Al parecer, nunca levantó la voz para reclamar la injusticia. Los cronistas atribuyen esta circunstancia a que Alberto Bachelet aceptó un cargo de rango ministerial durante el gobierno de Salvador Allende, que ejerció hasta el 11 de septiembre de 1973, cuando, como otros tantos, fue detenido.
En marzo de 1974, el padre de Bachelet falleció producto de un infarto, que fue, al parecer, directamente inducido por las torturas sufridas. Un año después, Michelle Bachelet fue detenida junto a su madre, Ángela Jeria, concretamente durante el mes de enero.
Pero el panorama para Bachelet no se presenta fácil cuando asuma el cargo el 11 de marzo.
«No va a ser fácil, pero ¿cuando fue fácil cambiar el mundo para mejor?», reconoció ante sus seguidores en su primer discurso tras ser declarada ganadora.
Bachelet recibirá un país con desaceleración económica y lleno de expectativas de cambios para constituir un país con menor desigualdad social.
Ella misma se ha quejado que en cuatro años no puede resolver todas las demandas sociales que explotaron a partir de 2011, cuando los estudiantes chilenos demandaron una educación pública gratuita y de calidad y con ello empujaron a otros sectores sociales.
«Para Bachelet va a ser muy complejo manejar las expectativas que se han creado en torno a su gobierno», señala a la AFP el politólogo de la universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio.
«Ella tuvo la capacidad de absorber y domesticar en cierto sentido las demandas de la calle y presentarse como alternativa», agrega.
Bachelet propuso una reforma tributaria que busca recaudar 8.200 millones de dólares (3% del PIB), a partir de un aumento de los impuestos a las empresas, del 20% al 25%, y una reforma educativa que instaura la gratuidad a nivel universitario en seis años.
En Chile, no hay posibilidades de estudiar gratis a nivel universitario y sus aranceles son uno de los más altos de la región. Hasta ahora, los estudiantes pobres debían recurrir a créditos y mínimamente a becas para estudiar.
Sin embargo, el movimiento estudiantil, encabezado este año por representantes más radicales, se mostró desconfiado de las promesas de Bachelet y llamó a no votar en las elecciones.
Cuatro días después que asuma el gobierno, tiene previsto una gran protesta junto a ambientalistas y minorías sexuales.
Entre las promesas de cambios profundos de Bachelet, también se encuentra el cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet.
Desaceleración económica
Bachelet hereda también una economía que después de cuatro años de crecimiento entorno al 5% y un bajo desempleo, se desacelerará por una caída en las inversiones, sobre todo mineras. Para 2014 se espera un crecimiento entre 3,75% y 4,75%.
Chile es el primer productor mundial de cobre, cuyo valor ha caído por una menor demanda de China, su principal comprador.
Bachelet podría, por la mayoría simple que tendrá en el Congreso, implementar el alza de impuestos a las empresas, pero en un escenario de desaceleración el objetivo se hace más complejo.
«El escenario es complejo, justamente porque la reforma tributaria que plantea Bachelet del 3% del PIB es ambiciosa para lo que el país espera», señala a la AFP el economista de la Universidad de Santiago, Francisco Castañeda.
La caída esperada de un punto de crecimiento del PIB es equivalente a 2.500 millones de dólares menos de recaudación, equiparable a cerca de un tercio de la reforma tributaria propuesta por Bachelet, explica Castañeda.
Desafíos políticos
A nivel político, Bachelet enfrenta el desafío de ordenar las filas de la amplia coalición política que la apoyó, la Nueva Mayoría, que integran demócratas cristianos, socialistas y comunistas.
Entre ellos existen divisiones confrontadas sobre todo en temas de valores como el aborto -prohibido en todas sus formas- y el matrimonio homosexual.
«Un desafío importante es qué rol va a tener el Partido Comunista, si va a ser un rol central o va a estar en segunda o tercera línea», dice a la AFP el analista Guillermo Holzmann.
El PC, históricamente relegado de la política chilena, se unió al pacto electoral de Bachelet y logró seis diputados. Aspira ahora a retornar a un gobierno, del que ha estado ausente por 40 años.
En la derecha, en tanto, pese a que la derrota era predecible, ahonda aún más su crisis interna, debilitada por una carrera presidencial llena de obstáculos y un pobre resultado en las elecciones parlamentarias.
Matthei, que debió asumir de emergencia la nominación oficialista tras la renuncia de Pablo Longueira -afectado por una depresión- tuvo un escaso apoyo de su sector, enfrascado en una puja interna entre conservadores y liberales.
«Mi hija no ha estado sola, ha estado enteramente sola», reclamó su padre Fernando Matthei, general retirado que formó parte de la junta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
«El resultado es de mi exclusiva responsabilidad política. No fui capaz de remontar», dijo Matthei, con la voz quebrada, intentando dar una señal de unidad.
Otra presidenta en la región
Los mandatarios latinoamericanos no tardaron en enviar sus felicitaciones. El presidente venezolano Nicolás Maduro felicitó a Bachelet en una llamada telefónica y le reiteró su voluntad de reanudar la cooperación establecida durante el primer mandato de la socialista.
«América del Sur está de fiesta porque tenemos otra mujer presidenta, ya son tres», dijo Maduro a la televisora estatal VTV.
El presidente peruano Ollanta Humala felicitó a Bachelet en una misiva y abogó por una «renovada confianza» entre los dos países, que mantienen una disputa marítima en La Haya. El mandatario destacó su voluntad de «trabajar de manera conjunta en las relaciones de respeto mutuo, amistad, integración y cooperación».
Por su parte, el mexicano Enrique Peña Nieto destacó la importancia de Chile como «socio estratégico», el colombiano Juan Manuel Santos le deseó «éxitos en su nueva gestión», y el salvadoreño Mauricio Funes y la costarricense Laura Chinchilla también extendieron sus felicitaciones.