Dra. Sofía Villalta Delgado
A lo largo de la historia podemos encontrar una gran cantidad de sociedades a las que se les ha llamado “secretas”, muchas de ellas fueron perseguidas y exterminadas, a sus integrantes se les quemó en la hoguera, despojándoseles de sus propiedades, y ahora son historia; otras, aparentemente, sobrevivieron y aún persisten guardando secretos que molestan mucho a la iglesia apostólica fundamentalista. El problema es que esos secretos están invadiendo espacios públicos y circulan en los debates de buscadores actuales, que creen que hay una verdad escondida que no se conoce porque destruye intereses particulares de grupos que, bajo la consigna de dogmas y misterios, siguen controlando voluntades de personas adeptas sometidas al temor de la culpa y el castigo.
Un caso ilustrativo es el de Montségur, en Languedoc, en el sur de Francia, al ser destruido por la iglesia de la época medieval que, manejada por los jerarcas religiosos, y bajo el nombre de Dios, masacraron inmisericordemente a miles de cátaros (la palabra cátaro viene del término griego que significa “los puros”; esta secta tuvo sus raíces en los druidas, alquimistas y en los primeros gnósticos, y como vinieron de Albi, por eso se les llamó también albigenses). Existe una leyenda de que los cátaros eran guardianes de un fabuloso tesoro: el Santo Grial, y también de pergaminos con antiguos conocimientos; dicho tesoro, al parecer, fue sacado de Montségur por cuatro monjes un día antes de su destrucción. Dejaron muy buena impresión en la gente por sus enseñanzas, mientras muchos desafiaban los dogmas como un acto de rebelión, ellos no tenían esas restricciones y eran tan bondadosos que fueron aceptados y amados; amar al prójimo era fundamental. Se estima que la cantidad de cátaros asesinados, aun antes de la inquisición, fue cercana a los doscientos mil.
Ahora, después de haber superado las teocracias y de gozar de un Estado laico, trabajemos porque estas historias no se repitan, aprendamos a respetar las diferencias y vivamos bajo un régimen de respeto y de goce de derechos.
Movimiento por una Cultura Laica (MCL), Correo: [email protected]