CARLOS ANDRÉS VILLACORTA
Somos la brisa de un sueño
De un sueño que va aprisa
Somos la sombra de un sueño
En este existir fugaz y aprisa
Aquellos ojos tan soberbios
Aquellos labios tan profanos
Ahora son tristes despojos
Y pasto de los gusanos
Fuego en mis venas
Fuego en mi sangre
Y cerebro es el horno
Donde se fraguan mis poemas
Hay heridas abiertas, abiertas
Que no se han cerrado
De ese ayer, de ese pasado