Madrid/AFP
Los últimos sondeos previos a las elecciones regionales catalanas del 21 de diciembre, publicados este viernes, auguran una mayoría frágil para los partidos independentistas, que les podría impedir retomar las riendas de esta región española.
A seis días de la votación, los cinco sondeos publicados le dan a las listas separatistas un total de entre 63 y 69 escaños en el Parlamento catalán, donde la mayoría absoluta está en 68 asientos.
Los partidarios de que Cataluña siga en España obtendrían entre 56 y 63 escaños, y la lista de izquierda radical Cataluña en Común, que podría decantar la balanza de un lado u otro, entre 8 y 11 diputados.
Dos de esos cinco institutos de sondeos prevén que los independentistas podrían conservar la mayoría absoluta de que gozaban en la cámara saliente. Ésta fue disuelta el 27 de octubre por el gobierno español, horas después de declarar unilateralmente la independencia de Cataluña.
El instituto Gesop, cuyas proyecciones fueron publicadas en El Periódico de Cataluña, da a los separatistas entre 66 y 69 escaños (frente a los 72 que lograron en 2015), y Sigma Dos, retomado por el diario madrileño El Mundo, entre 64 y 69 diputados.
La primera plaza se la disputarían los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ganadores según tres sondeos, y los unionistas de Ciudadanos, que de acuerdo con otros dos institutos, se impondrían el 21 de diciembre.
ERC, dirigido por el ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, actualmente encarcelado por su papel en el desafío secesionista, obtendría según las proyecciones entre 29 y 35 asientos.
También en el bloque independentista, la lista Juntos por Cataluña del expresidente Carles Puigdemont lograría de 22 a 30 escaños, y la Candidatura de Unidad Popular (extrema izquierda) entre 6 y 9 curules, frente a los 10 obtenidos en 2015.
Del lado unionista, Ciudadanos sacaría de 27 a 36 asientos, seguido del Partido Socialista (de 19 a 24) y el Partido Popular (PP, derecha) del presidente del gobierno Mariano Rajoy, con entre 5 y 8 diputados.
Los separatistas hicieron campaña defendiendo a sus «presos políticos», en referencia a los dirigentes encarcelados de manera provisional y acusados de rebelión y sedición, a la espera de su juicio por su papel en la pugna soberanista. Cuatro de ellos siguen detenidos cerca de Madrid.
Por su lado, Puigdemont y otros cuatro miembros de su ex gobierno, también acusados de rebelión y sedición, se encuentran en Bruselas.
Sus adversarios se presentan como garantes de la «estabilidad» y la legalidad, y denuncian la división de la sociedad catalana y el deterioro de la economía local a causa de la inestabilidad política que ha creado el pulso separatista.