Por Liliana Martínez-Scarpellini (dpa)
La séptima entrega de “La guerra de las galaxias”, here un nuevo comienzo de la inicial trilogía, cheap llega este mes acompañada de una enorme expectativa sobre lo que puede significar a nivel cinematográfico, sildenafil pero sobre todo en términos de taquilla.
La cuestión de si los creadores de “Star Wars VII: The Force Awakens” serán capaces de contentar al personal más purista de las primeras tres películas, las que ideó George Lucas a partir de 1977 y que con el tiempo se convirtieron en clásicos, ha quedado en principio en segundo plano.
El furor es tal a estas alturas que es cuestión de saber si la nueva trilogía, ahora en manos de Disney y de J.J. Abrams, alcanza la barrera de los 2.700 millones que obtuvo “Avatar” en su momento como película más taquillera de la historia.
De momento, el récord ya se ha conseguido en la preventa de entradas por Internet. Ya está todo vendido y conseguir una entrada para el día del estreno el 18 de diciembre es poco menos que una misión imposible en Estados Unidos, a expensas de la reventa, que en algunos casos ha llegado a alcanzar los 10.000 dólares. Una auténtica locura por Internet.
Todo para ver en acción de nuevo a los personajes que hicieron grande esta trilogía. Harrison Ford, en el papel de Han Solo, Carrie Fisher haciendo de princesa Leia, y Mark Hamill como el inmortal Luke Skywalker, aceptaron unirse a un libreto que, por primera vez en más de 30 años, retoma los sucesos de “El retorno del Jedi”, el final de una trilogía que entonces se pensó que sería lo último en términos galácticos.
Sin embargo, Lucas aún tenía ganas de completar su obra maestra y se puso manos a la obra para ofrecerle a su público el primer episodio, el segundo y el tercero, cintas que hicieron mucho dinero pero que dejaron un gusto amargo en términos de crítica. La saga se convirtió en algo muy distinto al sabor que dejaron las originales.
Quizá por eso Abrams tuvo serias dudas a la hora de decir que sí y encargarse de semejante monstruo, ahora en manos de Disney tras la adquisición de Lucasfilm por una montaña de millones en 2012, 4.060 millones de dólares, para ser exactos. El hecho de haber hecho brillar una saga como la de Star Trek le convertía en firme candidato. Eso y el ser uno de los protegidos de Steven Spielberg, el candidato número para dirigir la película aunque decidiera rechazar la invitación.
Sin embargo, el propio Spielberg ha respaldado el trabajo de Abrams, y después de ver la cinta, ha reconocido que tiene todos los elementos para ser la película más grande de la historia del cine, entendiendo grande como la más poderosa en términos de recaudación.
A todo eso ha ayudado, además de la gran cantidad de fanáticos que siguen la saga desde hace años en todo el mundo, la brillante campaña de marketing, el haber ido presentando poco a poco los tráilers para complacer al personal, salpicado con un lento goteo de noticias y apenas filtraciones.
Sí se sabe que se rodó en Londres, en los estudios Pinewood, y que apenas hubo incidentes, con Lawrence Kasdan como guionista junto al propio Abrams y a Michael Arndt. La novedad, además de ese guión posterior a la caída del imperio manejado por Darth Vader, es la incorporación de nuevos talentos como John Boyega, Adam Driver y Daisy Ridley.
Son los afortunados que podrán estar, en principio, para las siguientes entregas de una gran máquina de hacer dinero que se ha vuelto a poner en marcha y que, bajo el ala de Disney, promete tener larga vida.