Jenny Vásquez
David Martínez
Rodrigo Sura
“Suenan las campanas, cialis por un cura bueno; ¡Arnulfo Romero!” es el fragmento de la canción “El padre Antonio y su monaguillo Andrés” que el cantante panameño, salve Rubén Blades, sovaldi compuso en 1984 e hizo alusión al obispo mártir asesinado en 1980, como muestra de que su legado vive en toda Latinoamérica.
31 años después de compuesta esa canción, las campanas volvieron a
resonar en todas las iglesias del país, celebrando el anuncio del Vaticano, de que monseñor Romero será beatificado.
Catedral Metropolitana fue una de ellas, donde los feligreses se unieron a la celebración y se detuvieron unos minutos para escuchar el sonido que se emitía desde el campanario del templo.
“¿Usted sabe por qué suenan las campanas?, le pregunta José Hernández a una joven que sentada en una de las bancas de la Plaza Cívica, “Gerardo Barrios”, observa fijamente el campanario.
La joven sonríe, pero no responde, ante lo que José, de inmediato, le muestra un ejemplar de ese día de Diario Co Latino, donde en la primera plana, al lado izquierdo, se muestra una fotografía de Monseñor Romero y a la derecha se lee: “El Papa autoriza beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero”.
“Por eso suenan las campanas, joven. Para mí son como celestiales”, dijo emocionado José, quien viajó desde Ilopango, solo para ser parte de la ceremonia musical.
José manifestó que no profesa la fe católica, pero califica a Monseñor Romero como “el obispo de los pobres” y que en los momentos más crueles durante el pasado conflicto armado dio un giro a la historia del país.
“Es que monseñor provocó una conmoción social porque no se puso de lado de los que tenían, de las élites, sino que estaba del lado de los pobres, defendiéndolos y pidiendo por que cesara el conflicto y dejaran de matarse entre hermanos. Por eso lo mataron por que no toleraban sus señalamientos”, expresa conmovido el hombre de 43 años.
José dice que le emociona que tras la beatificación de monseñor Romero sea canonizado.
“Para nosotros él ya es un Santo, pero si lo canonizan El Salvador y Latinoamérica tendrán oficialmente su Santo. Aunque a algunos sectores de la Derecha del país no le guste y hayan puesto tropiezos, por mucho tiempo, para que algo como lo de hoy se diera ya no lo detienen”, agrega José.
Es de recordar que Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980
mientras celebraba una misa en la iglesia Divina Providencia, en San Salvador.
Su asesino: un escuadrón de la muerte de ultraderecha, en represalia por sus continuas denuncias contra las violaciones de los derechos humanos tanto del Ejército como de los grupos armados al inicio de la guerra civil en el país (1980-1992).
La iglesia El Rosario también se unió a la fiesta de campanas. Allí el párroco detuvo por unos momentos la homilía e invitó a los presentes a entonar un canto dedicado a Romero.
El fraile Tomás Trejo fue el encargado de hacer repicar y vibrar las campanas. Un padre nuestro y canciones en honor al mártir adornaron el final de un día memorable para El Salvador.
De esta forma la iglesia católica celebró ayer, a nivel nacional, la decisión del Papa Francisco, de beatificar al obispo mártir. En tanto, los salvadoreños esperan con ansias que llegue el día de su canonización para gritarle al mundo ¡San Romero de América!