Enrique S. Castro
Las declaraciones de Norman Quijano, cialis sale luego de conocer los resultados oficiales brindados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que daban el 50.11% de los votos emitidos al FMLN por un 49.89% a Arena, ambulance son preocupantes y no contribuyen al clima de tranquilidad y armonía social luego de una campaña tan desgastante y confrontativa de Arena.
El acusar al TSE de “corrupto” y estar “fraguando un fraude”, pills además de apelar a la fuerza armada para “estar pendiente” de los acontecimientos, es muy peligroso pues de alguna manera se reeditan los vicios y artimañas del pasado cuando se imponían presidentes y se reprimía a la población.
Esas constantes violaciones a la Constitución, el cerrar los espacios democráticos y el utilizar a la fuerza armada como un instrumento de represión al servicio de sectores económicamente poderosos, llevaron al país a un conflicto armado con altos costos humanos y materiales de los que todavía no nos reponemos.
Los dos partidos políticos en contienda tuvieron vigilantes en todos los centros de votación, así como las copias de actas firmadas por todos los representantes de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) al final de los escrutinios. Es una medida de seguridad estipulada por la Ley Electoral. Además, más de cinco mil observadores internacionales y nacionales, entre ellos delegados de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Comunidad Europea (CE), así como de instituciones de prestigio de Estados Unidos y otros países se movilizaron en el territorio salvadoreño para vigilar de cerca las elecciones.
Asimismo, la Fiscalía General de la República (FGR), estuvo presente con más de 2000 fiscales electorales en todos los centros de votación, verificando la correcta aplicación de las leyes y tomando nota de cualquier hecho ajeno al derecho que asiste a los salvadoreños a emitir el sufragio con tranquilidad y entera libertad.
A pesar de todas estas “llaves” o medidas oficiales para garantizar unas elecciones transparentes, el candidato Quijano, se niega a aceptar los resultados al proclamar que “nadie les va a robar esta victoria” y “Vamos a luchar, si es preciso, con nuestra vida, estamos en pie de guerra”. Declaraciones muy irresponsables y peligrosas.
De igual forma, dirigentes de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) han echado leña al fuego al poner en tela de juicio el recuento de las actas procesadas que según sus datos “en algunos casos el conteo reflejado en los documentos no coincide con lo procesado en la página WEB del TSE”.
El presidente de la ANEP, Jorge Daboud, comete un grave error al compartir agenda con el partido Arena, como ciertamente lo ha hecho en toda la campaña electoral, pues pide a los observadores internacionales quedarse en el país hasta “finalizar el proceso para que sean garantes del nuevo gobierno que tendrá el país”.
Daboud recalcó que “estas no son unas elecciones cualquiera, ya que se decide a cuál de los dos sistemas entrará El Salvador”. Durante el proceso electoral de más de un año los dirigentes de Arena dijeron que estaban en juego dos proyectos: “el Socialismo del Siglo XXI o el mantenimiento de la democracia y nuestras libertades públicas”. El director de la ANEP también criticó la regulación del TSE, ya que el ente encargado de asuntos electorales desfavoreció al partido ARENA, instituto político que a su juicio fue blanco de una campaña sucia por parte del presidente de la República.
El TSE como corresponde a un organismo serio, profesional y responsable, ha pedido a los dirigentes políticos de los partidos en contienda tener paciencia y prudencia y aceptar los resultados electorales oficiales y la voluntad popular expresada por el soberano en las elecciones presidenciales del 9 de marzo.
Los datos oficiales emitidos por el TSE luego de contabilizadas el 100% de las actas electorales dan una ventaja irreversible a la fórmula presidencial del FMLN de 6,634 votos, prácticamente imposible de remontar aun tomando en cuenta las 14 actas no procesables o sea el 13%.
Los dirigentes de Arena, gremiales, medios de difusión y otras instituciones que los apoyan deben de aceptar el fallo popular, reflexionar sobre los errores cometidos y hacer un trabajo de reunificación a su interior y pensar en las elecciones legislativas y de concejos municipales por realizarse el próximo año.