César Ramírez
@caralvasalvador
La historia del siglo pasado tiene una larga reseña de procesos electorales, pero a partir del 2 de diciembre de 1931 acontece la ruptura constitucional propiciada por el General Maximiliano Hernández Martínez, inaugurando la secuencia de autoritarismo militar que se prolonga hasta 1979, a partir de esa fecha se inicia la guerra civil que cierra el ciclo irregular hasta 1989 y posteriormente en 1992 la firma del Acuerdo de Paz.
El ejercicio del sufragio en primer caso es una demanda cívica, moral, democrática, participativa e incluso rechaza la dictadura; posteriormente el ejercicio del voto se devaluó debido a la recurrente asonada militar y cambios constitucionales arbitrarios, así: 1950 Oscar Osorio presidente constitucional (cambia la Constitución), 1960 golpe de Estado del Teniente Coronel José María Lemus etc. Debemos destacar que existieron grandes aportes históricos de las luchas por instaurar un gobierno civil desde 1967, pero se enfrentaban a una maquinaria cívico-militar adiestrada en fraude, a pesar de ello brillaron los nombres de Abraham Rodríguez, Fabio Castillo, Álvaro Magaña; años después, 1972, Napoleón Duarte fue despojado de su triunfo por el mismo mecanismo, posteriormente la UNO se abstuvo de participar en 1976 y en 1977 el Coronel Ernesto Claramount junto a la oposición UNO sufrió otro fraude a manos del poder militar representado por su partido PCN. El cuestionamiento principal de ejercer el sufragio implica el derecho ciudadano que legitima a las autoridades, la ausencia de esta consulta durante el martinato que se prolongó 13 años, ello motivó un descontento social e incluso una huelga general que terminó con la huida del dictador, tiempo después se convocó a elecciones; no obstante la devaluación del sufragio fue directamente proporcional a la opción armada. A partir de 1989 el triunfo de Alfredo Cristiani derrotó a Fidel Chávez Mena (PDC) y Guillermo Manuel Ungo iniciaba otra lectura de la consulta popular confiable.
En nuestra historia el evento electoral se transforma de un rechazo a la dictadura a una demostración ciudadana contra el autoritarismo; sin embargo, las elecciones son degradadas por los golpes militares, a pesar de todo la credibilidad electoral aumenta en 1988 por la participación de Guillermo Manuel Ungo, lo cual significó el inicio de llamar al voto democrático aún en tiempo de guerra civil, destaquemos que la ofensiva militar del FMLN fue en 1989…
El proceso electoral es participativo, refleja pluralidad, tolerancia, respeto a las opiniones diferentes, determina una horizontalidad del valor de un voto, es una consulta incluyente, es el genuino acto de expresar una visión del mundo y la nación, en síntesis, es una acción afirmativa hacia la vocación democrática de la patria.
No votar es permitir que el pasado regrese con su impunidad fraudulenta, si ese pasado retorna estaremos peor, bajo una minoría autoritaria y excluyente.
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