TeleSUR
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, territorio palestino bajo asedio sionista desde el pasado 7 de octubre, actualizó la cifra de asesinados bajo el fuego israelí hasta este martes 5 de diciembre en 16.248 personas, dos tercios de ellas, niños.
Entre los palestinos muertos, la mayoría fallecidos en ataques aéreos, más del 70 por ciento son niños (7.112) y mujeres (4.885), indicó en un comunicado la oficina de prensa del movimiento de Resistencia palestino Hamás.
Esta actualización llega justo cuando el Ejército israelí confirmó que había atacado la Franja de Gaza con más de 100.000 proyectiles de artillería desde el 27 de octubre: “Se han disparado más de 100.000 proyectiles de artillería desde el inicio de la maniobra terrestre”, dijo el ejército en un comunicado.
Destacó que la artillería desempeña un “papel central” en los combates, ya que “proporciona una intensa cobertura de fuego a las fuerzas que participan en la maniobra terrestre en la Franja de Gaza”.
También llega cuando el secretario general del Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Jan Egeland, dijo que las muertes de civiles en Gaza son una mancha para Israel y sus aliados.
“La pulverización de Gaza se encuentra ahora entre los peores ataques contra cualquier población civil en nuestro tiempo. Cada día vemos más niños muertos y nuevos sufrimientos para personas inocentes que soportan este infierno”, dijo en un comunicado.
“En toda la Franja de Gaza, casi toda la población de 1,9 millones de personas ha sido desplazada. Casi dos de cada tres viviendas están ahora dañadas o destruidas. En medio de implacables ataques aéreos, terrestres y marítimos, miles de familias se ven obligadas a trasladarse de una zona peligrosa a otra. Hoy en día, más de 750.000 personas están hacinadas en sólo 133 refugios”.
“Decenas de miles viven en las calles del sur de Gaza, donde, bajo los bombardeos, se ven obligados a improvisar refugios básicos con cualquier cosa que puedan conseguir. Han llegado las lluvias invernales y con ellas las enfermedades infecciosas, al mismo tiempo que los servicios de salud pública han quedado completamente paralizados”, añadió Egeland.
“Muchos de los miembros de mi propio personal del NRC viven ahora en las calles. Una de ellas lo hace con su bebé de dos meses”.
El secretario general del NRC dijo: “Nuestros colegas en Gaza se hacen una pregunta simple: ¿cómo es que estas atrocidades se transmiten a todo el mundo para que todos las vean y, sin embargo, se hace tan poco para detenerlas?”
Añadió: “Los países que apoyan a Israel con armas deben comprender que estas muertes de civiles serán una mancha permanente en su reputación. Deben exigir un alto el fuego inmediato en Israel y Gaza”. “
Sólo un cese de las hostilidades nos permitirá garantizar un socorro efectivo a los dos millones de personas que ahora lo necesitan. Las severas restricciones al acceso a la ayuda han agravado la situación, provocando hambrunas entre la población de Gaza e intensificando una crisis humanitaria ya de por sí terrible”.
“Nos hemos visto obligados a detener casi todas nuestras operaciones de ayuda debido al bombardeo, el caos y el pánico”, concluyó.