Buenos Aires/PL
En apenas 48 horas, la líder social argentina Milagro Sala, presa desde hace 11 meses, fue condenada por dos de las varias causas que se le imputan.
Tras ser sentenciada a tres años de cárcel en suspenso el miércoles último, la víspera la también parlamentaria del Mercosur fue sentenciada a pagar una multa de 18 mil 900 pesos (unos mil 800 dólares) e inhabilitada por tres años para ocupar cargos en asociaciones sociales.
A Milagro se le halló culpable ahora de ‘ocupación del espacio público, alteración del orden y obstrucción del tránsito vehicular y peatonal’, por un acampe y una protesta que realizó frente a la Gobernación de la provincia de Jujuy este año.
Detenida el 6 de enero por esa causa, desde entonces le han abierto en este tiempo otras más complejas como la supuesta irregularidad de administración de fondos destinados a construcción de viviendas. Se le imputa además la autoría de los delitos de asociación ilícita, fraude a la administración pública y extorsión.
Hace solo dos días fue sentenciada por ser instigadora de lanzar huevos contra el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, entonces senador, durante un acto público en 2009.
‘No he robado nada, lo único que hecho es dignificar a los que menos tienen’, expresó Sala en la última audiencia que se realizó el miércoles último, desde donde apuntó que lo que querían era igualdad. Dignificar a los que menos tienen significó estar sentados en este sillón hoy, agregó.
La detención de Sala ha sido la piedra en el zapato para el gobierno de Mauricio Macri. Organizaciones internacionales como el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, el Parlamento del Sur y la Organización de Estados Americanos piden su pronta liberación.
Muchas voces dentro y fuera del país se han levantado para reprochar esta detención, que muchos consideran tiene fines políticos.
La defensa de la activista indígena ratificó que luchará para anular su sentencia, por ser injusta e injustificada.