Buenos Aires/Argentina/AFP
El ataque con piedras al bus que trasladaba al plantel de Boca Juniors al Monumental este sábado, que obligó a postergar por un día la final ante River por la Copa Libertadores, no es el primer inicidente en un superclásico por el certamen continental.
En el anterior encuentro por la Libertadores entre ambos archirrivales en 2015, los jugadores de River fueron atacados con gas pimienta cuando salían al campo de juego de la Bombonera para disputar el complemento en instancias de octavos de final entre Boca y River.
El hecho terminó con la suspensión del partido que se le dio por ganado a River y la descalificación de Boca.
La sanción de la Conmebol fue más blanda de lo que se esperaba e incluyó el castigo de jugar cuatro partidos como local sin público y una multa.
Por aquél incidente, la Bombonera fue clausurada.
Tras una investigación se pudo identificar al agresor, Adrián Napolitano, alias ‘el panadero’, un conocido hincha del club ‘xeneize’.
El agresor introdujo el gas por un agujero de la manga y luego del ataque huyó del estadio disfrazado con ayuda de otros hinchas, según se pudo reconstruir mediante las cámaras de seguridad.
Napolitano fue condenado a tres años de trabajo comunitario, igual que los tres cómplices que lo ayudaron a escapar.
Todos fueron además expulsados como socios de Boca Juniors.
Aquél inédito ataque a jugadores fue perpetrado al término del entretiempo cuando el partido iba 0-0 lo que significaba la clasificación de River a los cuartos de final tras haber ganado en la ida 1-0.
Ese episodio avergonzó a Argentina y dañó la imagen del fútbol local en el mundo.
El bochorno se repitió este sábado con la lluvia de piedras que recibió el micro de los jugadores de Boca por parte de la hinchada de River.
El incidente terminó con tres jugadores heridos y varios afectados por los gases lacrimógenos que lanzó la policía y que se colaron dentro del micro cuyos vidrios terminaron destrozados.
El partido, que debía jugarse a las 2:00 p.m., fue postergado dos veces hasta que finalmente fue suspendido para el domingo.
Debido a la violencia en el fútbol la presencia en los estadios de los simpatizantes visitantes está vedada desde el 2013.