Pekín/AFP
Familiares de las víctimas chinas del vuelo MH370 de Malaysia Airlines se manifestaron este martes ante la embajada de Malasia en Pekín, clinic al tiempo que Australia anunciaba la interrupción, debido al mal tiempo, de la búsqueda del avión que cayó en el Océano Índico el 8 de marzo pasado.
«Mi hijo. Mi hijo. Devuélvanme a mi hijo», gritaba un hombre que formaba parte de unos 200 familiares de los 153 pasajeros chinos del avión reunidos frente a la embajada malasia.
«Exigimos el regreso de los nuestros (…) El gobierno malasio es asesino», gritaban los manifestantes, que llevaban pancartas y vestían camisetas alusivas a la desgracia.
El embajador de Malasia en China, Iskandar Sarudin, fue insultado cuando visitó a los familiares en el hotel donde se alojan desde que se conoció la tragedia.
Muchos familiares están convencidos de que el gobierno de Malasia ocultó la verdad y exigen pruebas de que el avión se estrelló en el mar, como lo anunció el lunes el primer ministro malasio Najib Razak.
La compañía Malaysia Airlines anunció que llegado el momento llevará a los familiares de las víctimas a la costa australiana de donde salen las operaciones de búsqueda.
En Australia, la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA) informó que la búsqueda de los restos del avión se suspendía debido a un fuerte temporal con vientos, lluvia y olas gigantes.
«AMSA realizó una evaluación de los riesgos, y determinó que las circunstancias climáticas actuales volverían peligrosa cualquier actividad de búsqueda por mar y aire, lo que supondría un riesgo para las tripulaciones», destacó la misma en Perth, en el oeste de Australia.
Mientras tanto, en Malasia, los diarios locales publicaron sus ediciones de este martes con las portadas sobre fondo negro en señal de luto y apoyo a los parientes y amigos de las víctimas.
«MH370 R.I.P (descanse en paz)» rezaba sobre fondo negro la portada del principal diario en lengua inglesa del país, The Star. Las letras de esta frase estaban compuestas por los nombres de las 239 personas que estaban a bordo del avión, más de dos tercios de ellas ciudadanos chinos.
«Buenas noches, MH370», publicó por su parte el New Straits Times, también en la portada y sobre fondo negro, haciendo una incisiva referencia a las últimas palabras recibidas por los controladores aéreos en Kuala Lumpur el 8 de marzo, y pronunciadas seguramente por el joven copiloto de la aeronave («¡Entonces, buenas noches!»).
El lunes de noche Malasia confirmó que el avión de pasajeros se estrelló en el mar, por razones aún desconocidas, y que no había esperanza de encontrar sobrevivientes.
El primer ministro malasio, Najib Razak dijo que un nuevo análisis de los datos satelitales sobre la trayectoria del vuelo permitieron determinar su última posición en aguas muy alejadas de la costa oeste de Australia, por lo tanto también muy lejos de cualquier sitio para un eventual aterrizaje.
Las imágenes de satélites australianos, chinos y franceses registraron objetos flotando a la derivaba entre el extremo suroeste de Australia y la Antártida.
El lunes, un avión australiano que participa también en las tarea, avistó dos objetos flotando en el sur del Océano Índico, por lo que un buque se dirigió a la zona para tratar de recuperarlos.
Si estos restos detectados al sur del Índico resultasen pertenecer al avión de Malaysia Airlines, la búsqueda podría ser más complicada que la del AF447 de Air France (que cubría la ruta Rio de Janeiro-París y cayó al Océano Atlántico en junio de 2009), ya que la zona está a miles de kilómetros de las costas australianas y en ella suele haber mucho oleaje y vientos fuertes.