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Plaza de Rancagua.

Suspendidos 14 sacerdotes chilenos por presuntos delitos sexuales

Santiago/AFP

Miguel Sánchez

Un nuevo escándalo alcanzó a la Iglesia católica de Chile, con la suspensión de 14 sacerdotes de la ciudad de Rancagua -en el centro del país- por cometer supuestos delitos sexuales, que fueron denunciados por una feligresa.

«Estos sacerdotes han incurrido en acciones que pueden constituir delitos tanto en el ámbito civil como canónico», indicó un comunicado del obispado de Rancagua, (unos 90 km al sur de Santiago).

Los religiosos habrían formado el grupo denominado «la familia», con el que presuntamente incurrían en conductas sexuales impropias y abusos de jóvenes y menores de edad, según denunció Elisa Fernández, excoordinadora de la pastoral juvenil de Rancagua en un reportaje del canal 13.

Estos hechos «los encontramos de la máxima gravedad, sobre todo por el voto de confianza que existe en la relación de un feligrés justamente con el sacerdote o con su obispo», dijo Cecilia Pérez, vocera del gobierno chileno.

El obispado de Rancagua explicó que si bien no cuenta «con antecedentes de que las acciones de los sacerdotes suspendidos sean constitutivas de delitos desde el punto de vista jurídico», confirmó que se presentó una denuncia ante la Fiscalía de la región para que se investiguen.

«En el aspecto canónico ya se mandaron todos los antecedentes de los que disponemos a la Santa Sede», agregó la nota.

Las revelaciones de Fernández fueron confirmadas al canal 13 por otro sacerdote, quien sostuvo que los denunciados conformaron esta «cofradía» desde hace unos 10 años y la cual realizaba actos sexuales son hacer «diferencias entre mayores y menores de edad».

«Tienen muchos contactos con menores de edad» dada la «relación que tienen (con) las parroquias», afirmó el sacerdote quien no reveló su identidad.

Las denuncias son «inaceptables y repudiables» y esperamos «responder adecuadamente», declaró monseñor Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile.

 

Confianza rota

 

Ambos denunciantes coincidieron en que los miembros de «la familia» también utilizaban dineros de la Iglesia para solventar viajes al extranjero y vehículos costosos.

El sacerdote Luis Rubio fue el primer denunciado por este caso, luego de revelarse que siendo párroco de la localidad de Paredones, envió mensajes sexuales e imágenes en las que aparecía desnudo a una cuenta ficticia de Facebook creada por Fernández, quien se hizo pasar por una menor de 16 años.

El obispado precisó que Rubio no ejerce funciones en la iglesia desde 2013 y que a raíz de las denuncias «presentó su dimisión al diaconado, estando todos sus antecedentes en la Santa Sede».

El obispo de Rancagua, Alejandro Goic, admitió haber recibido estas denuncias anteriormente, por lo que pidió perdón por no actuar con «la agilidad adecuada».

Su despacho en Rancagua lamentó los hechos denunciados y pidió a la comunidad entregar información sobre este nuevo escándalo que envuelve a la Iglesia católica chilena, ya golpeada por encubrimientos de abuso sexuales del influyente sacerdote chileno Fernando Karadima.

Este caso condujo a 34 obispos chilenos a presentar su renuncia la semana pasada ante el papa Francisco en el Vaticano.

«No recuperaremos la confianza de un día para otro», afirmó Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal chilena en conferencia de prensa, en la que nuevamente pidió perdón a las víctimas.

La Santa Sede abrió una investigación exhaustiva tras las denuncias en contra del obispo chileno Juan Barros, a quien se le acusa de encubrir a los abusos de Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores en los años 1980 y 1990.

El papa no ha manifestado su decisión sobre los 34 obispos chilenos por lo que, de momento «seguimos todos en plenas funciones», explicó por su parte el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González.

 

Nuevas víctimas

 

Minutos antes de la rueda de prensa de los voceros de los obispos chilenos, el Vaticano anunció que el papa Francisco recibirá a un segundo grupo de víctimas de Karadima, como ya lo hizo con James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo.

Según informó la Santa Sede, entre el 1 y 3 de junio recibirá a cinco sacerdotes «víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales» por parte de Karadima. Junto a ellos, viajarán también dos religiosos que han asistido a las víctimas y dos laicos «implicados en este sufrimiento».

Con esta reunión, agrega el comunicado, concluye la primera fase de encuentros con víctimas de un «sistema abusivo instaurado hace varias décadas» en la parroquia de El Bosque (oriente de Santiago) de donde era mentor Karadima.

Desde el año 2000, unos 80 curas han sido denunciados en Chile por abusos sexuales.

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