Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“¿Qué hace el CENTA y el MAG cuando pedimos explicaciones sobre el aumento de la temperatura? Nos dicen que es a nivel mundial, lo entendemos, pero entonces ¿Cómo saldrán como productores y productoras del país?. Que es lo que nos interesa”, dijo Sara Guardado, ambientalista de la Mesa por la Sustentabilidad del Agua y el Medio Ambiente de Ahuachapán (MESAMA).
En el marco del Día Mundial del Ambiente y del 36 aniversario de fundación de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), se celebró el Foro Festival: Alternativas para Caminar hacia la Sustentabilidad desde el Ecofeminismo, como propuesta frente a la crisis climática en el país.
Sobre la crisis climática, la UNES señaló que El Salvador se encuentra “fuertemente impactado” exacerbado por diversas vulnerabilidades que se han desarrollado en el territorio nacional como la: deforestación, la contaminación de las fuentes de agua, la urbanización e impermeabilización del territorio sobre algunos sitios de recarga acuífera natural y la falta de ordenamiento territorial, entre algunos elementos de riesgo.
“En El Salvador, las comunidades más vulnerables y en especial las mujeres en los territorios vulnerables, somos quienes lo defendemos con nuestro cuerpo. Todas estas situaciones que se nos están dando, como el acarreo del agua y el cuido de la familia”, agregó Sara Guardado, también de MESAMA.
“Al final somos las que siempre vamos a estar en primera fila en la lucha para abastecer el agua en nuestros hogares -se debe comprender- en la capital, se abren el grifo y cae el agua, pero el problema en la zona rural es que tengo que ir al pozo a sacar agua que no está a metros, sino a kilómetros de distancia para traer agua. Y debemos caminar planicies y barrancos para traer esa agua, y debo pensar también cuántos viajes debo hacer para tener suficiente en la casa y sin garantía que toda sea totalmente potable”, sostuvo la lideresa.
La Oficina Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha confirmado en sus reportes el inicio del fenómeno de El Niño, en el que prevé que entre el 2023 al 2027 sea un período más caluroso registrado en el planeta, que afectará los medios de vida y especial países vulnerables por deforestación y contaminación como El Salvador.
Luis González, del equipo de incidencia de la UNES, afirmó que esta actividad de aniversario, a través de un festival, tenía la intención de presentar propuestas concretas y viables con el medio ambiente y hacer un llamado a las autoridades estatales de un trabajo participativo e integral desde las comunidades.
“Nuestra propuesta es ir escalando que lleguen a más lugares y sin duda para esto es necesario la participación del Estado junto a las comunidades. Y en el marco del 36 aniversario de trabajo ambientalista -reiteramos- el llamado a las instancias de gobierno vinculadas a la gestión ambiental a construir las alianzas”, expresó.
La UNES considera que se necesitan medidas urgentes para enfrentar esta crisis climática en los ecosistemas, y para la población salvadoreña, y particularmente en la vida de las mujeres. Es necesario aprobar una Ley de Cambio Climático que un Plan de Adaptación al cambio climático, algo que venimos proponiendo desde hace 5 o 10 años, sin embargo, todavía no la tenemos”, manifestó González.
En cuanto a los impactos más fuertes en la producción de alimentos, la UNES recalcó que desde el año 2020 a la fecha (marzo 2023), el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) es la más cara de la historia para el área rural, alcanzando un costo de 188.73 dólares, y para el área urbana de 249.09 dólares.
A lo que se suma, la desatención y falta de seguimiento de las instituciones estatales relacionadas a este rubro, así como el indebido cumplimiento del cuerpo de leyes que protegen la gestión ambiental, situación notoria frente a la creciente entrega de permisos ambientales para megaproyectos entre urbanizaciones, granjas, hidroeléctricas que están generando conflictividad en los territorios y el atentado contra la biodiversidad, el medio ambiente, la salud de la población y la destrucción del patrimonio cultural.
La UNES reafirmó que en este tipo de situaciones el impacto es diferenciado en los cuerpos de las niñas y mujeres, debido a los “patrones culturales” que les asignan el trabajo de los cuidados.
En zonas de poco acceso para abastecerse de agua serán ellas las que invierten un promedio de 4 horas diarias para obtenerla, por lo que consideran, si el 53% de la población son mujeres, el gobierno debe partir en sus políticas públicas que garanticen sus derechos fundamentales.
Carolina Amaya, del Equipo de Dirección de la UNES, señaló que la temperatura en los últimos años es cada vez más cálida y según registros especializados desde el año 2015 al 2022, la temperatura subió, y sólo en el 2022 llegó hasta 1.15 grados centígrados, que era un “aumento grave” en la temperatura.
“El Salvador vive ese aumento de la temperatura en una situación agobiante, tenemos que para el año 2016, en San Miguel pasamos de 41o a 42.2 grados, y se han roto récords históricos en cuanto al aumento de la temperatura en el país. Es decir, la temperatura subió más de un grado y ese aumento tiene serias implicaciones en nuestras vidas, pero, también, en la de los ecosistemas”, afirmó.
“En la zona del occidente del país tenemos que el lago de Güija pasó de 40.2 grados a 41º, es decir, un grado más de calor. Entonces, el país desde el oriente hasta occidente está marcando la vida de la población y medio ambiente en un contexto del aumento drástico de la temperatura y que sólo evidencia la crisis climática de la cual estamos hablando hoy en día”, argumentó.
Ante esta situación, las comunidades organizadas y la UNES realizaron una serie de propuestas y acciones alternativas para labrar un “camino hacia la sustentabilidad” a partir de un enfoque ecofeminista que cuente con suficiente presupuesto y acompañamiento gubernamental para que sea viable en el tiempo.
En ese sentido pusieron a disposición experiencias y propuestas que le han permitido a las comunidades organizadas implementar procesos de producción agroecológica que no sólo brindan alimentos a la dieta nutricional de las familias, sino la independencia económica con algunas productoras. La restauración de ecosistemas que permitieron salvar áreas de manglares y la reforestación de bosques dulces y salados.
Además, la vigilancia de áreas naturales y bienes culturales, recuperación de semillas y especies nativas y el monitoreo de biofísico hidrometereológicos y otras acciones colectivas le permite a las comunidades en mayores condiciones de pobreza fortalecerse en prácticas de resiliencia.
“Estas son alternativas para caminar hacia la sustentabilidad y ver las sonrisas de esas mujeres que están realizando estas actividades y que sonríen satisfechas de su trabajo, es también satisfacción para nosotros como UNES, porque es parte del compromiso”, reiteró Mauricio Sermeño, presidente ejecutivo de UNES.
“Debo mencionar mi agradecimiento a las personas que fundamos la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), que desde hace 36 años, era un grupo de personas muy preocupadas por lo que acontecía al medio ambiente salvadoreño: Tiempos que cuando comenzamos ni siquiera se hablaba de este problema del medio ambiente”, recordó.
“Nadie sabía nada de nada del tema de ecológico y poco a poco desarrollamos el tema y más que todo, en hacer conciencia en la población y en el sector político para buscar alternativas de solución a estos problemas y que involucraran las autoridades”, argumentó Sermeño.
“Exigimos junto a las comunidades que se retomen medidas urgentes frente al Cambio Climático”, pidió Sermeño, al explicar que se necesitan medidas locales y nacional para hacer frente a este fenómeno y atender los desastres silenciosos como las sequías que son más frecuentes y profundas.
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