Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“ Soy originaria del propio pueblo de Nahuilingo (Sonsonate), mis ancestros son de aquí, mi papá era descalzo y fue alcalde, síndico y juez en aquel tiempo”, recordó Celina González de Valenzuela, 78 años, que vendió trocitos de queso a diez centavos de colón y cruzaba junto a su prima por las piedras de paso del río Ceniza, rumbo a misa en la antigua iglesia que repicaba sus campanas, del templo solo queda la base de una columna.
La otra fue hurtada por extranjeros, “había un Papa Chus que ahorita está en la catedral de Sonsonate, allí está ese Jesús de Nazareno, que es de Nahuilingo, nunca lo regresaron y no sé por qué. Yo estaba cipota, no tomaba en cuenta esas cosas. A la iglesia la botaron los terremotos y no la arreglaron nunca más… realmente no sé qué pasó”, agregó.
En este contexto, un grupo de personas de la sociedad civil y la Iglesia católica, han decidido unirse para salvar, preservar y garantizar el derecho al bien cultural de Tacuscalco y la no contaminación del río Ceniza.
Unos metros más adentro ondea en solitario una bandera del partido ARENA, mientras, retroexcavadoras van formando un terraplén para construir la urbanización Acrópolis, de una empresa constructora de la localidad.
Hugo Díaz, jefe del departamento de Arqueología de la Secretaría de Cultura de la Presidencia (SECULTURA), sondea de forma rápida con su rasqueta el subsuelo, encontró restos de vasijas prehispánicas, que han sido destruidas por las obras de construcción, que están alterando los contextos arqueológicos, con más de dos mil años de historia.
“Como Secultura, hemos iniciado un trámite de preservación por el otro terreno cercano a este que estamos visitando y tenemos ya una resolución donde se advirtió que en una parte del inmueble no podría ser construido. Y de hacerlo tendría que estar presente un arqueólogo en la remoción de tierra, para descartar cualquier contexto arqueológico en esa porción de terreno y donde estamos no se está sondeado para nada”, explicó.
Para el arqueólogo, lo que procede es comunicarlo a la Fiscalía General de la República y al Ministerio del Medio Ambiente, porque estos terrenos no cuentan con permisos de SECULTURA.
“El sitio arqueológico Tacuscalco guarda una gran importancia, porque es su verdadero nombre, que es Tacuscalco, que en las cartas de relación de Pedro de Alvarado lo menciona con ese nombre este sitio. Es un lugar que cuando vinieron los castellanos fue escenario de una de las principales batallas de 1524 en el país. Y que posteriormente se da una ocupación colonial que culmina con una ocupación republicana, es decir, es un lugar que ha tenido una ocupación continua desde aproximadamente dos mil 400 años”, acotó.
En cuanto al rescate y preservación de Tacuscalco, Díaz reiteró que la mejor forma de preservar el lugar y con los recursos que cuenta SECULTURA era mejor dejarlos bajo tierra e investigarlos de manera sistemática a través de la disciplina arqueológica y ser resguardado.
Marvin Zepeda, del Concejo Municipal, expresó su preocupación por Tacuscalco y la contaminación del río Ceniza, porque señaló que en las sesiones de trabajo jamás tocaron el tema de los permisos municipales para llevar a cabo la obra urbanística. “No sabemos quién les dio esos permisos, porque el concejo municipal no ha sido, solo lo sabrá el alcalde (Miguel Ángel Mejía, partido ARENA), porque la jueza de medioambiente determinó que quien tenga los permisos es responsable, pero aparecen varias empresas constructoras, que destruyen la herencia cultural y atentan contra el río Ceniza, donde pretenden lanzar aguas lluvias y negras.
Sobre el río Ceniza, Salvador Recinos de la UNES y la Mesa por la Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate refirió que el proyecto urbanístico atenta contra más de dos mil personas que habitan once comunidades, que utilizan el agua del río Ceniza para usos domésticos y de aseo personal.
“Nosotros en el aspecto del medioambiente denunciamos esta situación, porque hay evidencia material que esta urbanización va a contar con una planta de tratamiento. Estamos haciendo esta denuncia a nivel de comunidades, porque para nosotros es altamente preocupante el futuro de la población”, afirmó.
Junto a la comunidad, el padre José Lisandro Moreno Moreno, de la parroquia Santiago Apóstol Nahuilingo, lamentó las acciones que ponen en peligro la salud de la población y el despojo de su identidad cultural.
“Como Iglesia católica estamos acompañando esta lucha, que es del pueblo, de la gente que quiere hacer eco de las palabras de Jesús, que dijo ‘he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia’. Y ser consecuentes como el papa Francisco con el “Laudato si”, una de las encíclicas donde se ha manifestado la plenitud del amor a la naturaleza y la defensa de la vida, es por eso que vamos a estar en contra de todo aquello que la ponga en peligro”, reflexionó.
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