Gabriel Otero La nostalgia a veces sabe a fruta podrida, engusanada, decepciona, lo primero que se hace es tirarla, ni siquiera se piensa en elaborar composta, es tanta la hiel, que su destino es quedar sepultada entre recuerdos gratos de lo que fue pero es ya inexistente. La pretensión personal, cuando uno se va de un sitio muy querido, es …
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