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Nelson López*
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Aunque para muchos salvadoreños ya está claro que los tanques de guerra no son, precisamente, nada pensantes ni quienes van disparando los proyectiles, porque ya se tienen pruebas que tiran a lo loco y a la hora de las horas matan a cualquiera que se les atraviese y no importa dónde impacten.
Sin embargo, un armatoste que solo lanzó candidatos políticos y presidentes custodios del gran capital, se autonombró o se promocionó como un tanque… pero nada que ver ni con agua para creer que servirá de criaderos de tilapia ni mucho menos de los que tiran a matar sino de ¡pensamiento!
Con el tiempo, lo único que se conoció, sin ninguna duda, fue que el famoso tanque era para hacerle la guerra al mismo pueblo y adormecerlo como un vil hipnotizador que logró calar en un grupo de gente empobrecida que se creen que pertenecen a la clase alta porque son los choferes de los oligarcas.
Sin embargo, no a todos les pueden meter cabeza y estamos claro que muchos por eso se fueron a la guerra, se organizaron, y ahora son su dolor de bolsa, porque todas las mentiras que dijeron en algún momento hoy salen a la luz y sufren porque siempre quisieron ocultar lo que hacían contra tontos y tantos que llegaron a un punto en el que no hallaron qué hacer.
Ahora ya todos los vamos a conocer no como tanque sino como misil nuclear con las ganancias de más de 50 millones de dólares que les dejó un negociazo del siglo al vender un banco y toda la plata la sacaron sin ninguna lástima del pobrerío que en lo único que piensan es salir del país para ir a trabajar a cualquier lado o repoblar totalmente la USA.
A partir de este día tienen todo el derecho de abrogarse el alias “misil nuclear” porque un tanque, ni que fuera de pensamiento va ser tan fácil que valga más de 50 millones de dólares más intereses más otros usufructos que puedan derivarse de esas millonadas como para el caso la lavandería que tan de moda está en estos tiempos.
