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¡Te veo…! Por Walter Balmorantes. (Primera entrega)

Por Walter Balmorantes

Nunca pensé que llegaría a escribir algo así, pero las circunstancias me han obligado hacerlo. No puedo pensar bien ni tener coherencia entre lo que pasó y lo que pienso hacer. Mas parece un dilema entre la locura y la cordura. Entre la verdad y la imaginación. Entre lo que fue, lo que es y será. ¿me creerán o simplemente se burlarán de mí? Seguramente me tratarán como un charlatán y así, como es esta cultura, sobre todo cuando no sabemos explicar algo o no estamos de acuerdo en ello, lo deslegitimamos.

Todo paso hace unos meses. Rosemary llegó a la Universidad lista para iniciar la enseñanza de la materia antropología socio-cultural. Era una de sus materias favoritas. Ella impulsaría la investigación sobre la Casa Smith. No era una casa cualquiera. Tenía un bagaje cultural sorprendente. Pero, lo que más le interesaba, eran todos aquellos aspectos que gravitaban alrededor de los comentarios que se han perfilado como leyendas urbanas. Inició sus clases. Formo grupos de trabajo dividiéndoles los aspectos a investigar. Al grupo 1 le asignó la infraestructura de la casa. Grupo 2 los símbolos encontrados dentro como fuera de ella y el Grupo 3 aspectos paranormales o sea los acontecimientos que no tenían explicación científica. La clase no contaba con más de 13 integrantes, incluyendo a la profesora.

Luego de una semana nos volvimos a reunir en la Universidad. A todos nos provocó más curiosidad que interés por realizar la investigación. Sin embargo, no todos estamos conformes en los grupos a los que Rosemary nos había incorporado sin previo consentimiento. Llegó puntual a la clase, la puntualidad es una de las características que me gustó de ella. Bueno, aunque no era la única. Me atraían principalmente la generosidad de sus atributos femeninos. Vestía jean azul un tanto pálido, blusa del mismo color, sin mangas y con un nudo pequeño al frente que le acentuaba su esbelta figura femenina. Sandalias azul más oscuras que su ropa pero que combinaban a la perfección. Era obvio su espero en su presentación. Debo confesar que observarle cada paso en su andar provocaba en mí una desbordante imaginación. Aunque, para mí su pelo no encajaba con el resto de su cuerpo. A pesar de estar joven le daba un aire de mayor edad y descuido.

-Buenas noches a todos. -nos saludó al momento de acomodar sus cosas en el pupitre que le servía de escritorio. Bueno, esa universidad tenía fama de anteponer los dividendos económicos antes que la enseñanza.

-Licenciada quiero saber cuándo vamos a iniciar con la investigación de la Casa que nos dijo? -preguntó Alex así sin preámbulo.

-Voy a interpretar su pregunta Alex como un alto interés de aprender los métodos de investigación antropológica. -respondió la profesora de manera sarcástica. Nada que ver, era totalmente lo contrario. A nadie le interesaba investigar la historia de esa casa. Lo que nos importaba y me incluyo, era pasar la materia.

La profesora inició la clase explicando la definición y características del método de investigación antropológica y sus bondades. El sentir unánime del grupo de estudiantes era de silencio mezclado de aburrimiento. Eso ocurre cuando uno todavía no ha logrado contextualizar la teoría con la práctica y más aún cuando no logra identificar su importancia en la vida cotidiana. En similares circunstancias y estados de ánimo me ocurría al asistir obligadamente a la semana de antropología y arqueología. La dirección de la escuela de antropología nos presionaba y después obligaba a asistir a conferencias aburridísimas. A quién le importa la arqueología subacuática mientras que las personas se debaten en la incertidumbre si comerán al día siguiente o no. A mí me interesaba saber si se puede implementar una antropología de la liberación. Una antropología que acompañe al pueblo en sus aciertos y desaciertos, en sus luchas por un país mejor. Pero estamos aquí para investigar sobre una casa que le llaman Smith.

La profesora, durante las clases fue brindándonos la teoría del método de investigación antropológica y simultáneamente el plan de investigación. Todo transcurría monótonamente hasta que visitamos por primera vez la dichosa casa. Ahí si empezó a desfigurarse el panorama, no solamente para mí sino también para Rosemary, Alex y Lourdes.

Los integrantes del grupo 1 iniciaron la investigación antes que los demás. No necesitaban visitar la Casa para cumplir con su tarea asignada. Sin embargo, el grupo 2 y más aún el 3 al que yo pertenecía y al que la profesora se incorporó de manera arbitraria, por fuerza teníamos que visitar la Casa. El grupo 2 solamente estuvo unos 20 minutos, llegó, pidió permiso para tomar fotografías de aspectos arquitectónicos correspondientes y se marcharon. Pero nuestro trabajo era entrevistar a personas que laboraban en distintas áreas. La Casa Smith actualmente estaba siendo rentada por el Ministerio de Salud para albergar oficinas de Salud comunitaria de cobertura nacional.

Algo muy curioso que nos ocurrió sin ponernos de acuerdo fue que nadie habló sobre los avances que íbamos teniendo de la investigación. Pensaba que mi grupo era el que más estaba estancado porque luego de 2 meses solamente teníamos el plan de trabajo, pero ninguna entrevista. Llegué a reunirme con Alex y Lourdes para avanzar en la tarea de Antropología de la Religión cuando vimos que se aproximaba Rosemary. Se veía muy diferente.

-¡Miren a la profe! -exclamó Lourdes fuertemente. Es que a primera vista no la reconocí. Se cortó el pelo…y le queda super bien. -afirmo la compañera.

Mientras tanto yo me había quedado con la boca abierta. Se veía espectacular con su nuevo corte. Rosemary tenía cabello negro liso y lo andaba antes del corte casi a su cintura. Y ahora lo tenía hasta sus hombros. Me parecía que aparentaba varios años más joven de lo que era.

-Hola cómo están? -nos saludó sentándose sin invitación.

-Hola profe y que le trae por aquí tan temprano? -le interceptó Lourdes. A la compañera no le simpatizaba porque “esa señora se la pica de tener un gran culo” -argumentaba.

-Estamos atrasados en la investigación y me gustaría saber si podemos avanzar. ¿les parece? -nos preguntó así en seco.

-Estamos atrasados porque ud dijo que quería acompañarnos y dos veces nos ha cancelado. -le dije de manera directa.

-Es cierto ha sido mi responsabilidad. Pero podemos ir esta semana y hacer las primeras entrevistas, ¿qué les parece? La reunión no duró mucho, pero si nos pusimos de acuerdo en el día y la hora de la visita y hacer las primeras entrevistas. Me quede contemplándola como se alejaba de nosotros. Nunca la había visto en vestido que también le acentuaba sus curvas cóncavas.

Nos reunimos afuera de las oficinas del Ministerio de Salud estuvimos conversando sobre la importancia de la Antropología en un país como el nuestro. Alex trabajaba en una instancia del ministerio público, Lourdes por su parte todavía era dependiente de sus padres y yo que trabajaba en una organización de derechos humanos. Faltando 2 minutos para las 4pm llegó la profe. Cuando la vi al cruzar la esquina me permitió observarla con especial detenimiento. Nunca había tenido una oportunidad de verla con tanto tiempo. Fueron casi 100mts que recorrió y si pude verle que se veía muy diferente. Ella no sabía que la observaba porque camina con su cabeza ligeramente hacia abajo. Se había cortado el pelo y esto le daba una apariencia fresca y más juvenil de lo que realmente era. Vestía unos jeans pálidos, roto en una de sus piernas y blusa blanca de tirantes. Sandalias blancas de tacón medio. Todos los cambios en su arreglo personal le imprimían una nueva y atrayente imagen. No sé porque ella me atrae tanto.

-Hola chicos. ¿Cómo están? -nos saludó al solo llegar y quizás esperando alguna reacción de su cambio de look, pero ésta nunca ocurrió. Ingresamos después de entregar al vigilante nuestros documentos de identidad personal. Nos llevaron directamente a la oficina del director de Salud comunitaria el Lic. Sánchez. Después de los saludos de rigor nos fue presentando en los responsables de los diferentes departamentos de la dirección y así pudimos iniciar las entrevistas. Todos nos dividimos individualmente sólo Rosemary me dijo que, si me acompañaba, no entendí en ese momento por qué sino más adelante. Concluimos sin muchos avances ya que solamente quedamos con el compromiso de regresar para realizar las entrevista y nos subdividimos Alex y Lourdes, Rosemary y yo.

A la salida la profesora me invito a tomar algo en una de las cafeterías cercanas. Estuvimos conversando quizás más de una hora. El hecho de que yo le superaba en edad no significa que olvidaba que ella era mi profesora. La trataba con respeto como merece todo ser humano. Llegué a mi casa ya entrada la noche. El tráfico vehicular siempre es una pesadilla ensatanada. He pensado escribir mi tesis de Antropología sobre nuestra cultura para conducir cualquier medio de transporte porque en este paisito quita la vida movilizarse. Cuando ya estaba en mi cama revisando las noticias y/o viendo películas o series recordé lo que habíamos hecho de la investigación y por supuesto pensé y pensé en Rosemary. Me preguntaba si estaba casada, cuantos años tenía, en fin, una serie de preguntas que lo más seguro nunca me atreveré a preguntarle. “Creo que ella me gusta” me dije pensando en voz alta. Inmediatamente aborte tal pensamiento. Ella era muy joven para mí.

Luego de aquella semana de entrevista la profesora nos convocó a todos los grupos para presentar los avances correspondientes. Así fueron el grupo de los aspectos arquitectónicos, el grupo de los elementos pseudo religiosos y el grupo más interesante, yo me imaginaba, el de los aspectos paranormales. La profesora fue haciendo preguntas y sugerencias para ir profundizando en los aspectos que estaban en investigación. Así supe algo sobre lo que era y la importancia del Art Novo que estuvo en boga a finales del siglo 19 y aquí en Latinoamérica hasta el siglo 20. A través, de la investigación del grupo 1 y 2 nos enteramos que esa casa fue construida por una de las 14 familias más pudientes en el siglo 20 en el país. La familia G*****a cuya historia ha sido de especial interés por vincularlas a grupos pseudo religiosos o quizás mejor a prácticas rituales de dudosa procedencia. La Casa Smith fue construida en San Salvador entre 1900 a 1910 en una zona donde vivía la clase alta y muy alta de este país. En otras palabras, los dueños del país.

Por otra parte, el grupo 2 nos provocó muchísimo al momento de compartir sus hallazgos. La Casa Smith esta colmada de aspectos arquitectónicos y ornamentales de simbología procedente de la logia masónica. La puerta principal tiene en la parte de arriba una especie de pirámide. Así mismo en la parte del garaje existe una estructura simulando un ojo en medio de una especie de compas invertido. La casa esta flanqueada por una cerca de hierro forjado en cada uno de sus barrotes finaliza con flamas simulando llamas de fuego como proyectando advertencias a los visitantes inesperados. Poco a poco y cada semana los integrantes de este grupo fueron explicando la diferente simbología encontrada y sus posibles explicaciones. La profesora interrumpió la exposición porque nos habíamos pasado de la hora de cierre de la clase. Todos estábamos muy interesados en conocer más de la Casa. Quien lo diría ahora hasta nos quedábamos más tiempo del reglamentario.

 

-Hola, ¿puedo acompañarle a la parada de buses? -me pregunto Rosemary alcanzándome luego de la clase.

-Sí. Por supuesto. -respondí- ¿No sabía que ud abordaba el mismo bus porque ahí solamente pasa la 109?

-No. Es que quiero pedirle un gran favor. -me respondió nerviosamente. ¿sería posible que pueda quedarme en su casa esta noche?

-¿Qué? -esa pregunta me sorprendió tanto que me hizo detenerme y viéndole a sus ojos le interrogue ¿ud está bromeando?

-No como se le ocurre. -respondió un tanto nerviosa. Es que no puedo explicarle en este momento, pero créame que es algo justificado.

 

Me quedé pensándolo por un momento. Honestamente, fue una agradable sorpresa. Nadie me esperaba en mi casa, bueno si solamente el televisor en mi habitación. Rosemary es una de esas mujeres que transpira sensualidad. Así que ni modo, nos fuimos en silencio casi en todo el camino. Llegamos a mi casa. Encendí la luz de la sala y el comedor. Fue hasta ese momento que me pregunte ¿dónde va a dormir esta mujer?

-Qué bonita su casa. -Me dijo en un tono que más parecía amabilidad que realidad. -No tiene que ser amable Rosemary. -le respondí de manera descortés.

-Es en serio me gusta esa combinación que ha hecho en la decoración de objetos antiguos y nuevos. Dejó sus cosas en el sofá. Y ambos cocinamos algo ligero para la cena. Café, huevos revueltos y pan tostado. Cenamos escuchando las noticias que transmitían en un canal de YouTube. Estábamos sentados en la sala bebiendo nuestra tercera taza de café. Cuando inició la conversación.

-Le pedí que me permitiera quedarme en su casa porque me está pasando algo que no tiene explicación lógica. -inició la conversación de manera tropezada. -Quizás ud se va a burlar de mi por lo que le contaré. Pero, estoy preocupándome y con los días ha sido difícil procesar todo esto, aunque…ud me tildará de paranoica o qué se yo…

– ¡Rosemary! -la interrumpí abruptamente porque no paraba de decir ambigüedades. -Debería de calmarse y contarme de una vez qué le ha pasado. Me arrepiento haberle dado tanto café porque la ha puesto más alterada.

-Sí, sí, le voy a contar. -dijo como recuperando un poco de cordura. -Recuerda que hace un tiempo yo les hablé de hacer una investigación antropológica de la Casa Smith. La cosa es que donde vivo, bueno quiero aclararle que vivo sola, sola hasta decirle que ni novio tengo. Una noche llegué a la casa y me asusté porque los muebles de la sala estaban ubicados en otra posición de como los deje en la mañana. Lo primero que pensé fue que se habían metido a robar. Pero no, nada me faltaba, simplemente los muebles estaban en otra posición. Ya sé que ud ha de estar pensando es que soy tan despistada que no recuerdo cómo dejé los muebles. Es que eso no es todo. Después de dos días de este incidente. Estaba revisando los primeros avances que me enviaron de la investigación y las luces de mi comedor, porque generalmente ahí es donde hago el trabajo de preparar las clases, se apagaron. Después de unos minutos volvieron a encenderse y así estuvieron hasta que deje de revisar los avances.

-¿Se da cuenta? Hay algo malo en esto. Créame que me arrepiento haberles metido en este proyecto que tiene todo de malo. ¿qué piensa de lo que le he dicho? ¿le ha ocurrido algo inusual a ud desde que inició la investigación? -Me preguntó Rosemary genuinamente desesperada o mejor dicho con miedo.

-Rosemary, la verdad es que no me ha pasado nada a lo que yo califique de paranormal. -Le dije respetuosamente. Me provocó empatía porque estaba genuinamente perturbada con lo que le había sucedido. Y luego de esos dos incidentes ¿le ha ocurrido recientemente más cosas como esas que me cuenta?

-¡Sí, ayer, ayer! -lo dijo de manera muy alterada. -Por eso es que me atreví a pedirle venir aquí a pasar la noche porque me aterra llegar a mi apartamento. Créame no estoy loca. Nunca en mi vida me había pasado algo parecido. No sé qué hacer, dígame algo, dígame algo que pueda hacer, por favor, por favor ayúdeme. -Lo dijo estallando en llanto.

 

Sin decirle nada me levante para prepararle una taza de té de tilo que le ayudara a calmarse. Le invité a sentarse al comedor y en silencio nos tomamos el té. Francamente no sabía qué decirle. Nunca he creído en espantos, fantasmas ni demonios. Aunque realmente creo que si existe “el mal” pero eso se encuentra en las personas y no como dice la literatura sensacionalista en un “ente externo” que nos manipula hasta el grado de controlarnos la vida.

-Sabe, Rosemary -inicie mis comentarios. -Me parece que lo que le ha ocurrido pudiese tener otras explicaciones. Que la luz estuvo así quizás por un débil voltaje en ese momento. Ud sabe que en este país todos los servicios como internet, agua, electricidad son erráticos. Por otra parte, lo de los muebles existe la posibilidad que no lo recuerde…

-¡Sabía que no me creería! -Me interrumpió abruptamente. ¡lo sabía, lo sabía! ¿piensa que soy mentirosa? ¿piensa que esto es producto de mi imaginación o algún problema o que quiero llamar su atención? ¿dígame según ud por qué estaría inventando todo esto?

-No. Nada de eso. Y como está muy alterada lo mejor sería que tratara de dormir y mañana sigamos con la conversación. Le traeré lo necesario para que pueda dormir en el sofá. Aquí nadie la va perturbar. Dejé más té sobre la cocina por si desea más. Descanse y sobre todo piense que aquí estará segura.

 

Subí a mi cuarto a dormir. Estaba molesto por la forma en la que me reclamó, sin embargo, es entendible que ella este alterada. Me puse pijama, encendí el televisor para continuar viendo una de tantas series que acostumbro a ver. No podía ni concentrarme en la serie ni podía dormir. Cuando recibí un mensaje por whatsapp que decía:

-Hola, discúlpeme por la forma que le hablé, pero estoy muy aterrada. No puedo dormir. Estoy con la luz encendida. Realmente tengo miedo.

Bajé a conversar con ella sin responder a su mensaje.

-Hola -me di cuenta al verla que no se había cambiado de ropa. Sabe, estaba pensando si quiere dormir en mi cuarto y yo me quedaré en el sofá.

-¡No, no, no ni se le ocurra! Suficiente lo he incomodado como para seguirlo haciendo. Pero no puedo estar sola. ¿Quédese conmigo hasta que pueda dormir? Por favor.

Acepte sin reparo. Cómo poder negarme frente a esos grandes ojos café. Que seguramente su brillo se acentuaba con la luz del sol. Amanecimos así, ella recostada en mi pecho y yo sumamente desvelado porque no pude dormir bien. Tanto tiempo de dormir solo que me costumbre. Como pude me la despegué para ir a bañarme y cocinar el desayuno. No había prisa ya que era sábado. La podía ver desde el comedor mientras tomaba mi primera taza de café. ¿quién diría que esta mujer estuviera en mi casa y que no ha pasado nada? Nadie lo creería, nadie. Pero en fin tampoco es de andar divulgando este tipo de cosas.

-Buenos días -me saludo al despertarse.

-Buen día Rosemary, ¿cómo se siente para dar un paseo?

-¿Un paseo, pero cómo, dónde y la Universidad? -me pregunto sin entender

-Ahora es sábado. Y por lo que entiendo ni ud ni yo trabajamos. Así que báñese, cámbiese, la espero para desayunar y planeamos porque ahora nos vamos para el municipio de Concepción es una de las partes más pintorescas y frías del país. -sorprendentemente aceptó sin decir una palabra.

El fin de semana transcurrió así de pueblo en pueblo. Sin ningún sobresalta de nada paranormal. Y sobre todo no volvimos a hablar de lo sucedido en el apartamento de la profe. Lo que sí me preguntaba es el domingo a qué hora me diría que se iría. Y ocurrió como a eso de las 3 de la tarde.

-Quiero agradecerle todo su apoyo y hospitalidad que me ha brindado. La verdad es que me ha hecho descansar y reconstruirme emocionalmente. -me dijo de manera serena. Sólo quiero pedirle un favor más. Si me acompaña a mi apartamento.

-Claro que sí, con todo gusto.

Nos fuimos en el bus y llegamos al apartamento. Rosemary puso la llave en la chapa de la puerta y justo antes de girar la llave para abrir se puso rígida. Es la reacción del cuerpo cuando es invadido por el miedo. Le tomé la mano que sujetaba la llave. Le pedí que yo abriría y que entraría antes que ella. Di vuelta a la llave y la puerta hizo un ruido en sus bisagras por la falta de lubricación al momento que la empuje. El apartamento estaba bien iluminado ya que eran las 3:45 pm. Todo estaba desordenado. Los muebles de la sala estaban volteados. Las sillas del comedor estaban con sus patas para arriba sobre la mesa. Vasos y platos en el suelo. Cuando Rosemary entró y vio todo me sujeto el brazo derecho con tal fuerza que sentí que no soportaba más. Estallo en gritos y salió corriendo hacia las gradas que comunicaban al parqueo. Estaba perturbada por ver lo que ocurrió en su apartamento durante el fin de semana. Acordamos que se quedaría un tiempo en mi casa mientras se encontraba una explicación a todo esto. Subí bajo sus indicaciones, a recogerle algo de ropa. Ingrese al apartamento con cautela, tratando de percibir “algo” que me resultara extraño, pero nada de nada. Empuje la puerta de su cuarto, que también hacía ruido. Me pareció todo en orden y es que por la forma en que ella guarda su ropa interior y exterior puedo inferir que Rosemary es ordenada más arriba del promedio de las personas.

Rosemary tenía 9 días de estar en mi casa. Nos habíamos puesto de acuerdo sobre las tareas del hogar. Casi funcionábamos como una pareja solamente que exceptuando el aspecto sexual. Días ella dormía en mi cuarto y yo en la sala y viceversa. Todo transcurría con la normalidad del caso. Hasta que un día que yo salí temprano del trabajo le dije que me iría para la casa y que ahí la esperaría para cenar. Abrí la puerta de la casa y al entrar, justo donde la librera de esquina tiene el espejo, percibí un aroma que no pude reconocer inmediatamente. Me resultó extraño que no podía identificarlo.

Dejé en la cocina las cosas que compré en la tienda. Y subí a mi cuarto a cambiarme. La puerta de mi cuarto estaba cerrada con seguro. Esto, pensé, es extraño porque yo jamás le pongo llave. Aunque inmediatamente pensé que quizás Rosemary por descuido la dejo así. Cambié de opinión y me bañe, cambie y fui a la cocina para prepararme una taza de café. Bajé las gradas, puse la cafetera y me fui para el jardín. Cuando me paralicé al ver los muebles de la sala ubicados de otra manera. No pensé en nada solo dediqué unos minutos para ver y examinar la ubicación de los muebles. No podía creerlo. En ese preciso momento pensé en llamarle a Rosemary si ella lo había hecho.

-Hola Rosemary ¿cómo está?

-Bien muy bien.

-Rosemary ¿ud ha hecho la limpieza en la casa? ¿cambió los muebles de lugar?

-No perdón. Yo sé que me tocaba hacerla ayer pero no lo hice. No jamás le cambiaría el orden de sus cosas y muebles. ¿por qué?

-Gracias Rosemary. Por nada.

Esto me hizo pensar en el relato de los sucesos en el apartamento de Rosemary. Fui a la cocina por el café. Me lo serví. Agarre un pan y cuando caminé hacia el comedor escuche una voz susurrándome al oído: Te veo…y al instante una silla del comedor se movió bruscamente.

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(Continuará el próximo sábado)

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Tags: CuentoNarrativa
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