Londres / Prensa Latina
Uno de cada cinco británicos almacena alimentos, bebidas y medicinas por temor a posible escasez si el Reino Unido abandona la Unión Europea (UE) sin un acuerdo el 31 de octubre, revela un estudio divulgado el lunes.
Según la firma financiera Premium Credit, los británicos gastaron cuatro mil millones de libras (cuatro mil 280 millones de euros) en provisiones y unas 800 mil personas invirtieron de forma individual más de mil libras (mil 070 euros) en reservas de emergencia.
El informe advierte que entre quienes almacenan provisiones, el 74 por ciento acumula alimentos, el 50 medicinas para su propio uso, el 46 bebidas y el 43 por ciento medicamentos para otros miembros de su familia.
La industria alimentaria británica apuntó la semana pasada que una ruptura sin acuerdo con el bloque comunitario podría provocar desabastecimiento en el país durante ‘semanas o meses’.
La Federación británica de Alimentación y Bebidas (FDF, en inglés) pidió al Gobierno que relaje la normativa sobre competencia para que las compañías puedan cooperar de manera más estrecha, a fin de asegurar que los alimentos lleguen a todo el país.
Un portavoz del Ejecutivo señaló, por su parte, que el Gobierno colabora con la industria alimentaria para ‘respaldar las preparación de cara a la salida de la Unión Europea’.
El primer ministro británico, Boris Johnson, subrayó en más de una ocasión que una de las prioridades de su Gobierno es romper los lazos con el bloque comunitario el 31 de octubre, aunque no se hayan pactado las condiciones de salida con la UE.
La economía del Reino Unido se contrajo inesperadamente en el segundo trimestre del año en un 0,2 por ciento y por primera vez desde 2012, alentando los temores de una recesión.
El dato, difundido el pasado viernes por la Oficina Nacional de Estadística, fue recibido con sorpresa por analistas, teniendo en cuenta el crecimiento del 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto registrado en el trimestre anterior.
Los economistas previeron un estancamiento, con un crecimiento cero, pero no esa contracción entre abril y junio que, de replicarse en un segundo trimestre consecutivo, equivaldría a la recesión técnica.