@RedacciónCo Latino
Raúl Zaldaña, pilule quién entre 2012 y enero del 2013 fungió como presidente de la Fundación Salvadoreña para la Investigación del Café (Procafé), pills asegura que el reto de sacar al sector adelante no es fácil, pero tampoco imposible. Luego de hacer un recorrido de las altas y bajas que ha venido dando el café desde hace unos 30 años, dice tener confianza en que las nuevas autoridades tienen voluntad para apoyarles.
En opinión de este profesional, la crisis del café no es nueva, no obstante lamenta que el expresidente Mauricio Funes no hubiera querido conversar con ellos, según dijo, cuando estuvo al frente del país, a pesar de que el café significa una innumerable cantidad de empleos en el campo y que los cafetales constituyan el único bosque con el que cuenta el país.
Lamenta además que el sector cafetalero esté dividido e insiste que estas son las consecuencias generadas por mezclar el tema café con la política. Según Zaldaña, el remedio pueda que sea a largo plazo, pero con solo que el nuevo ministro de Agricultura, Orestes Ortez, esté conversando con ellos y haya fundado una nueva institución que velará por el sector, devuelve la confianza que se había perdido, asegura.
– ¿En que año fue presidente de PROCAFÉ ?
En el año 2012, estuve 9 meses y renuncié. También fui presidente de Promecafe, que aglutina a todos los institutos del café de Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
– ¿Porque renunció al cargo?
Renuncié porque honestamente no había eco del gobierno de turno.
– ¿Que perspectivas le ve usted a la reactivación del café ahora?
Con la entrada de este nuevo gobierno, nosotros tenemos mucha confianza, que realmente va aportar al sector caficultor. Hemos depositado nuestra confianza porque el nuevo ministro de Agricultura lo sentimos que es una persona bastante cercana con nosotros y que entiende al sector cafetalero.
– ¿En cuanto a la roya, cómo se está manejando?
Le mentiría darle un dato exacto, pero sí tenemos todavía un ataque fuerte. Usted recuerde que la roya es una enfermedad de procesos que no la vamos a erradicar en un año, sino, necesitamos varios años, aunque creemos que este nuevo ministro de Agricultura está dando pasos acertados. Lógicamente los cafetaleros quisiéramos más… pero hay un problema que es dinero, y sabemos que este gobierno tiene problemas de dinero.
-¿Pero, qué nuevas perspectivas hay para el sector con el nuevo gobierno?
Bueno, está dando buenas luces. Por ejemplo, que se haya formado el CENTACAFE; los cafetaleros esperamos que esta institución funcione como debe ser, ahorita está recién formada. De hecho de allá vengo, del festejo del Día de la Caficultura, falta ver el desenvolvimiento que esta institución va a tener. Nosotros le queremos augurar que tenga éxito, porque en la medida que tenga éxito los cafetaleros vamos a logra ir saliendo de toda la problemática que tenemos. Este es un proceso que no lo vamos a arreglar en un año y probablemente no lo arreglemos en este periodo de gobierno.
– ¿Pero hasta qué punto cree que se pueda solventar?
Ojalá pudiésemos cumplir con un 60% o 70% por ciento de la problemática. Si este gobierno lograra cumplir siquiera el 60% creo que el sector se diera por bien servido.
– ¿Puede mencionar uno de los problemas más agudos que tiene el sector?
Uno de los más agudos es la falta de créditos blandos, pero eso tampoco es achacable al gobierno actual. He escuchado a muchos, entre paréntesis, dirigentes cafetaleros que dicen: necesitamos $250 millones de dólares para empezar a reactivar el café, no necesitamos de eso, necesitamos mil millones, el problema es cómo lo vamos a hacer. Yo no estoy de acuerdo que salgan diciendo necesitamos equis millones. Primero empecemos por construir políticas cafetaleras, comencemos por construir institucionalidad. Este ministro ya está dando el primer paso al construir la institucionalidad, ha creado el CENTACAFE, esperemos que realmente la institución tenga el desarrollo que los cafetaleros necesitamos.
– ¿El CENTACAFE que tendría de nuevo?
Según los personeros del gobiernos, el CENTACAFÉ vendría a suplir, a sustituir instituciones como Procafé. Lo que traería de nuevo, y es lo que hemos perdido, es la investigación científica y la transferencia de tecnología; ojalá este organismo pueda armar todo eso para que los cafetaleros tengamos investigación científica y después de eso la transferencia de tecnología, que es lo que necesitamos. Yo no quisiera que PROCAFE desapareciera, sino que trabajaran en conjunto.
– ¿Este apoyo lo tuvieron ustedes antes?
Primero la tuvo el ISIC (Instituto de Investigaciones del Café) pero cuando se deshizo el ISIC, le pasó en gran medida a Procafé, pero por cuestiones, qué no quisiera abordar, de carácter político… casi ha desaparecido. Entonces, nos hemos quedado los cafetaleros que no tenemos investigación científica ni transferencia de tecnología. Ese es el buen paso que ahora el ministro Ortez ésta dando y hay que darle el beneficio de la duda, porque comienza. Ahorita los cafetaleros tenemos que unirnos y decir: creemos que podemos hacer tal cosa, pero no ponernos a decir necesitamos tantos millones, eso es sencillísimo. Mejor digámosle al gobierno qué debemos de hacer. Cuando le digamos al gobierno creemos que el camino es este, que es lo que estoy diciendo: constituyamos primero la institución que va a ser la rectora del café para que podamos tener tecnología, investigación científica, estadísticas. Si usted me pregunta todos estamos dando estadísticas distintas porque nadie tiene realmente la base para decir: esto es la verdad.
– ¿Se incrementó el problema del café en el anterior gobierno o ya venía?
Ya venía desde hace rato. El gobierno del período anterior lo único que hizo fue darle el último tiro de gracia, pero alguien que me diga que la problemática es culpa de los 5 años de Funes esta muy equivocado. Por eso a veces no tenemos la misma visión, porque siempre he dicho una cosa: no mezclen el café con la política, porque el café no entiende de política. Habemos cafetaleros que unos tienen su corazoncito al lado derecho y otro al lado izquierdo, pero eso así es en cualquier parte del mundo.
– ¿Que hay que hacer ahora?
Bueno, para mí es pensar en un fideicomiso, pero un fideicomiso no como el que nos impuso Francisco Flores porque ese fideicomiso no fue solo para el café. Dentro de los cafetaleros hay muchos que ya no son sujetos de créditos y en los bancos privados o estatales lo primero que le ven (al solicitante) es su capacidad de pago. Tenemos que buscar créditos blandos para poder rescatar a los rescatables y apoyar a aquellos que se quieran meter a la aventura del café.
-¿Un fideicomiso cuánto ayudaría?
Allí las entidades gubernamentales tendrían que ver de dónde se consiguen fondos internacionales. Muchas veces hay donaciones y se pueden lograr. ¿Cuál sería la ventaja?, bueno que serían créditos blandos, y que no le pidieran tantas cosas como le piden los bancos normales, porque garantías hipotecarias el sector ya no tiene, pero no es (solo) decir: el sector necesita tantos millones.
– ¿Con qué medidas inmediatas les está ayudando el CENTACAFE?
Entiendo que han traído semillas, y según dicen están impulsando la siembra de 6 millones de plantas que van a ser distribuidas el otro año. Me parece todavía poco, pero creo que por algo hay que empezar.
– ¿A que le atribuye usted la crisis del café?
Nuestros cafetales se volvieron viejos y sensibles a las enfermedades como la roya y la antracnosis. Además de eso, el cambio climático que estamos sufriendo, por ejemplo, no había sido tomado en cuenta. Nos habíamos quedado trabajando como se trabajaba hace 50 o 60 años.
– ¿Las nuevas medidas tendrían que tomar en cuenta todos estos factores, como por ejemplo el cambio climático, suspender las garantías hipotecarias para reactivar…?
Nosotros hemos hecho planteamientos, pero todo es hasta ahora prematuro. Hay algunas personas que dicen cinco años más cinco meses; yo no pienso así, para mí son cinco meses, porque el gobierno de Funes lo miraba como el gobierno de Funes.
Yo siento que este es un gobierno más del Frente (FMLN), que es un reto que tienen, y que cinco meses es poco. No faltará alguno que diga son 5 años con 5 meses, yo honestamente le digo, el gobierno de Funes ni siquiera nos escuchó, hoy por lo menos eso tenemos.
No sé si Orestes Ortez -es mi amigo- no sé si Orestes va a decir: Raúl tiene razón en algo, no lo sé, pero sí estamos diciendo: mire ministro, nosotros queremos ayudar, tenemos cuatro años y medio por delante. Creo que si nos sentamos los sectores por El Salvador, lo podemos lograr, claro que lo podemos lograr.
– ¿La crisis del café ha generado más desempleo en el campo?
Ha tenido un impacto no solo en la falta de empleo, ha tenido un impacto en la falta de impuestos que le entren al gobierno. Yo, en mi finca mantenía trabajando 25 personas todo el año y hoy con la crisis que hemos tenido tengo 10, me ha tocado rebajar y ese es el caso de casi medio mundo. Pero no le echemos la culpa solo a la roya, también los cafetaleros como que nos cayó la maldición gitana, porque nos cayó también la crisis de la baja de precios a nivel mundial.
Hemos estado en los últimos años vendiendo nuestro café barato, llegó a $50 dólares el quintal y a ese precio perdemos. Ahorita estoy haciendo yo mis cálculos, a mí me cuesta $110 dólares el quintal, ahorita tenemos la dicha que el mercado mundial se ha mejorado un poco, se puede estar vendiendo entre $140 y 150 dólares entre $30 y $40 dólares de ganancia ya es algo, pero como le digo, nos cayó la maldición gitana: la roya, la antracnosis, los malos precios y teníamos un gobierno que no quería escuchar, un ministro que no sabía nada del café, pero siento la confianza que con Orestes podemos hablar y eso ya es bastante.
El problema del café se dio también porque lo politizaron, llega un gobierno de corte de izquierda y dicen: Los cafetaleros son oligarcas, entonces los cafetaleros hoy son los pobres de la película. Todavía yo les dije, dejemos funcionar a Procafé todavía no le den el tiro de gracia. Cuando salió el tema de la roya yo era presidente de Procafé y fui el que lo denuncié primero; yo llamé al ministro (Pablo) Ochoa y le dije, tenemos un ataque de roya brutal ¿porqué no nos reunimos y lo platicamos? usted es nuevo, yo no soy político y usted tampoco, ¿porqué no nos tomabamos una tasa de café y lo discutimos?, sí, me dijo, (pero) hasta hoy estoy esperando ese día, y los cafetaleros presionándomé a mí; yo salí y le dije: ministro, le estoy diciendo que le va a costar mucho al país, ustedes no toman en cuenta lo que el café significa para el salvador, primero en empleos. Escuché a alguien decir que se han perdido 50 mil empleos; se ha perdido cerca de medio millón entre perennes y temporales. El Salvador viene de producir 4 millones 200 mil quintales, el tercer productor mundial, el año pasado creo que no llegamos a los 700 mil quintales. Venimos de tener un parque cafetalero de 220 mil manzanas, en tres años hemos perdido 40 mil.
Esto es cierto, no lo estamos inventando, hay muchas cosas que han impactado en esto. Si se sienta con alguien que tenga la crucita en la frente le va a decir que este gobierno tiene la culpa, hay que ser honestos y sinceros, venimos soportando una crisis entre 20 y 30 años, los precios a nivel mundial han estado fluctuando. ¿Qué pasa cuando tenemos precios de $ 60 dólares?, auque queramos ¿cómo vamos a invertir?, venimos de competir con países que les dan una cosa y otra, aquí nadie.
Los cafetaleros tenemos que ser analíticos, si decir las cosas porque hay que decirlas. Yo, cuando el gobierno de Funes, fui muy crítico, pero ahora quiero ver funcionar esto. Claro, el sector está dividido como todos los sectores del país, por lo que no hay que mezclar la política con el café porque el daño se lo hacemos al país.
– ¿Con la crisis son menos personas las que se dedican al cultivo del café?
Se ha reducido
– ¿Y los que se han logrado mantener?
Tenemos otros ingresos, yo soy un profesional. Si de eso viviera, ya hubiera comprado un lacito y me ahorco.
– ¿Pero tiene optimismo que se reactive el sector?
Pues ahorita estamos muy esperanzados porque los precios a nivel internacional han mejorado y se espera que se mantengan durante dos o tres años, aunque en precios internacionales nadie tiene una bolita mágica. Dependemos también de los famosos coyotes, que hasta en New York está esa coyotada. El sector café representaba hace 3 o 4 años ventas(globales) anuales de $60 mil millones de los cuales $55 mil millones era entre coyotes. Ese es el reto, crear instituciones eficaces; esa queja sí la tenemos. El Consejo Salvadoreño del Café ahorita está inmerso en una crisis de nombramiento de personas que no entiendo qué pasa.
Las instituciones que tienen que funcionar de nexos entre cafetaleros y compradores no están funcionando.
– Y las ofertas de vender café a Venezuela ¿Existe alguna de esas propuestas?
No, no obstante he escuchado personeros de ARENA atacar esas propuestas. La verdad que al final a mí no me importa quién me lo compre, lo que sé que por medio de ALBA se hizo negocios con dos o tres personas, pero sí a mí me dice el presidente (de Venezuela, Nicolás) Maduro que quiere comprar café, yo le vendo; no me importa quién me lo compre si me lo paga mejor. Negocios son negocios, la ideología que la manejen los políticos.