Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
“Yo comencé a organizarme a través de Las Mélidas, en la zona de la costa sur de Zacatecoluca, para ser parte de un proyecto que nos permitiera generar ingresos económicos, y así comenzamos junto a otras mujeres, aunque la tenencia de la tierra sigue siendo una deuda histórica”, reseñó Mercedes Henríquez, de la Asociación de Producción Agropecuaria de Mujeres de Zacatecoluca.
La Alianza por la Defensa de los Derechos de las Mujeres Rurales, en el marco del “Día Internacional de las Mujeres Rurales, se pronunció por políticas públicas inclusivas orientadas a garantizar los derechos de la mujer salvadoreña, reconociendo sus aportes estratégicos al desarrollo agrícola y garantizar la seguridad alimentaria.
Mercedes consideró que todo este proceso de organización les permitió desarrollarse y diversificar la producción de productos que van desde los lácteos, hortalizas, frutas y procesamientos de cárnicos y que han contado con el apoyo del gobierno municipal de Zacatecoluca.
“La organización fue fundamental para este proceso de desarrollo, que demandó de nuestra participación de manera comunitaria y personal comenzamos con 19 y ahora somos cien mujeres trabajando en esta área, pero aún somos invisibilizadas de las estadísticas de producción agrícola”, sostuvo.
Mhaydeé Recinos, directora del Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU), señaló que existe una deuda histórica en el desarrollo urbano y rural, y sin obviar que se han implementado programas sociales orientados a este fin, consideró que aún falta mucho trabajo en cuanto a legislación en materia de tenencia de tierras.
“Ya se entregó al ministro de Agricultura y Ganadería Orestes Ortez una propuesta de Política Nacional para el Desarrollo Integral de las Mujeres Rurales, Indígenas y Campesinas, cuyo objetivo es priorizar las necesidades particulares del sector de esta población que sufre discriminación”, señaló.
En cuanto a la salud consideró que hay avances en la atención primaria de salud, pero faltaba más acceso al servicio hospitalario. Así como la educación y la tenencia de la tierra, a partir que el 51% de la población rural son mujeres del total nacional de la población económicamente inactiva.
“Si las mujeres reciben asistencia técnica, educación, salud e insumos a las mujeres rurales, indígenas y campesinas, lo que tendremos de inmediato es la seguridad alimentaria de la familia. Y mientras no se vea a la mujer como sujeta a poseer tierras, estamos hablando de una violación de equidad, porque solo un 13% de las mujeres rurales cuenta con tierras, y esto quiere decir que la otra cantidad de mujeres alquila la tierra o trabaja la tierra de su familia o su esposo, una gran limitante para este sector de la población”, consideró.
Asimismo, reiteraron su rechazo a las intenciones de la derecha legislativa de privatizar el recurso hídrico, así como la seguridad alimentaria, que eleva la vulnerabilidad de sus condiciones de vida.