París / AFP
María Elena Bucheli
La movilización contra la reforma de las pensiones en Francia entró el jueves en su tercera semana y las negociaciones entre el gobierno y los sindicatos siguen estancadas, lejos todavía de la perspectiva de una «tregua» por Navidad.
Los sindicatos convocaron a una nueva jornada de manifestaciones el 9 de enero, al salir de una reunión con el primer ministro, Edouard Philippe, que «no ofreció novedades», en palabras del secretario general del principal sindicato (CGT), Philippe Martinez.
El jefe del gobierno francés prefirió por su parte declarar que «las discusiones de los últimos días permitieron avances concretos» y convocó a nuevas reuniones para principios de enero.
El principal punto de desacuerdo es la edad de jubilación, que el gobierno quiere que sea de 64 años, en lugar de los 62 actuales. Los sindicatos se oponen tajantemente a esa propuesta.
La reforma global del gobierno implicar fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único, basado en puntos.
Para el ejecutivo se trata de una reforma «necesaria» para garantizar un equilibrio financiero del sistema de pensiones, pero los sindicatos, muy poderosos en Francia, denuncian una «regresión» social.
El jueves se cumplieron 15 días de huelga en los transportes, y aunque se notaba una ligera mejora, desplazarse seguía siendo un reto para los franceses, sobre todo en la capital.
Dos de las ocho líneas del metro parisino que hasta ahora estaban cerradas volvieron a funcionar, pero seis seguían paralizadas. Los trenes suburbanos circulaban, pero únicamente en las horas de mayor afluencia.
Muchos franceses no podrán tomar sus trenes para viajar de vacaciones o pasar las fiestas de Fin de Año en familia.
La compañía ferroviaria nacional SNCF anuló el jueves el 59% de los trenes previstos para el 23 y 24 de diciembre.
– Diálogo de sordos –
El presidente Emmanuel Macron, que ha dejado a su primer ministro a cargo de las negociaciones, dio a entender el miércoles que podría hacer alguna concesión en su proyecto de reforma, pero que no retirará su texto.
«El presidente no abandonará el proyecto, pero está dispuesto a mejorarlo durante las conversaciones previstas con los sindicatos», afirmaron fuentes cercanas al jefe de Estado.
Está previsto que el proyecto de reforma sea transmitido al Consejo de Estado antes de Navidad y presentado en Consejo de ministros el 22 de enero.
Macron, que hasta ahora no se ha pronunciado directamente sobre esta crisis, una de las peores de su mandato, quiere «obtener una pausa» en la movilización social «durante las fiestas» de Fin de Año, según fuentes del gobierno.
Para la Cámara de comercio y de la industria es más que urgente ya que la huelga está teniendo un fuerte «impacto negativo» en «todos los sectores de la economía», afirmó.
Hoteles, restaurantes y comercios dicen haber registrado pérdidas en las últimas dos semanas de entre el 30% y el 60%.
La situación es aún peor para los comercios cerca o dentro de las estaciones de trenes, con hasta 80% de pérdidas en sus ingresos.
No obstante, los huelguistas parecen determinados. En sus asambleas generales no hablan de una tregua, sino de una «lucha de Navidad».
A medida que pasa el tiempo, «la ira puede convertirse en más ira», advirtió el combativo líder del sindicato CGT.