José Roberto Osorio
Economista
Producto de la cooperación solidaria entre pueblos y gobiernos, buy viagra en la administración pasada se creó el programa “Territorios de Progreso” aplicación ajustada a las condiciones y necesidades nacionales, case de la exitosa iniciativa “Territorios de Ciudadanía” que en Brasil contribuyó tanto a disminuir la pobreza y otras carencias sociales, económicas y políticas, abriendo un espacio de participación ciudadana en los asuntos propios de su desarrollo y en estrecha coordinación con el Estado.
Tras los estudios técnicos convenientes y con toda responsabilidad, el programa original sufrió modificaciones pertinentes que lo hicieran posible de aplicarse con éxito en nuestro país, lo que en efecto ha sucedido.
Sin duda, uno de los principales beneficios del programa ha sido crear verdaderas redes sociales territorializadas y enfocadas en los diferentes aspectos que de manera central afectan a las comunidades y su desarrollo.
Ha sido importante la creación de espacios de coordinación con las entidades estatales que concurren en los territorios y que de otra manera podrían actuar desconcertadamente, disminuyendo sus potencialidades en materia de aliviar problemas económicos y sociales y promover desarrollo integral. Se toman decisiones conjuntamente con el gobierno sobre problemas reales y sentidos que afectan en el territorio.
Sobre todo, el programa permite la estrecha relación de miembros de las comunidades, con enfoque de género, convirtiéndose en una “escuela” de participación efectiva, responsable y organizada en temas de común interés, demostrándose de manera eficaz que personas con diferentes ideologías, experiencias de vida, condiciones económicas, origen, género, pueden dialogar y ponerse de acuerdo para resolver carencias que les afectan directamente.
Esta participación tiene un impacto considerable sobre el uso transparente y eficaz de los fondos públicos -tema que ocupa de manera creciente el interés de la ciudadanía- ya que las instituciones deben informar periódicamente sobre los recursos y asimismo las comunidades pueden ver directamente la obra o la acción realizada, en tanto contribuyen a su realización. El gobierno asume la responsabilidad de reservar del Presupuesto General de la Nación, una cantidad específica para las demandas hechas por cada uno de los territorios y además compromete a los Consejos a hacer contraloría social.
En la actualidad están funcionando 33 Territorios de Progreso en los que viven cerca de 4 millones de personas. En cada uno hay un Consejo del Territorio conformado por: Una Asamblea General, una Junta Directiva, comités temáticos. Las características de este consejos son: 50% funcionarios y 50% ciudadanos, así como 50% mujeres y 50% hombres.
Los 33 territorios en operación abarcan 238 municipios del país lo que representa el 91% de todo el territorio nacional. Otra modalidad organizativa son los “Círculos de Progreso”, alianzas estratégicas entre las organizaciones gubernamentales que se articulan en el terreno, para atender proyectos específicos de desarrollo territorial.
Los 33 Consejos del Territorio se han organizado en una Red Nacional de Consejos del Territorio conformada por 66 personas (2 por cada Consejo) los cuales tienen como objetivo velar por la sostenibilidad del programa y representar a los 33 territorios de cara a cualquier organismo nacional o internacional.
Conviene destacar que las comunidades participando en esta modalidad de organización territorial, convienen en atender de manera prioritaria las llamadas “demandas estratégicas” que son acciones cruciales de desarrollo que pueden desatar y dinamizar nuevos cambios, todos direccionados a la mejora continua de la condición integral de las familias habitando en las zonas.
La sociología lograda en el programa es una garantía de sostenibilidad, ya que las mismas personas organizadas podrían eventualmente impulsar acciones de desarrollo en sus territorios, con relativa independencia de la administración pública.
Dada la juventud del esfuerzo comentado, los frutos principales se verán a mediano plazo, en particular si se tiene en cuenta las dificultades fiscales de la época. Pero no todo es finanzas ya que la participación organizada es una verdadera riqueza que puede remover obstáculos en el camino hacia nuevas y mejores etapas de bienestar y paz social, de las que el país está desesperadamente necesitado.