Redacción Nacionales
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La ex primera dama de la República, Vanda Pignato, no firmó la compraventa de un vehículo, según lo declararon tres testigos que señalaron que no les constaba lo que asegura la acusación fiscal, de que las firmas eran de ella. Algunos de los testigos dijeron, además, que fueron coaccionados por la Fiscalía cuando se inició el proceso. En su momento, Pignato denunció que habían falsificado su firma para la compraventa de un vehículo, y por eso el 10 de noviembre de 2016, la exprimera dama interpuso una denuncia.
Fue este martes que los testigos declararon en Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador, durante el juicio de Saqueo Público, en el que la FGR señala que Vanda habría falsificado una firma en la compraventa de un vehículo en 2016.
La supuesta firma la habría hecho en la compraventa de un vehículo Lexus LX570.
La fiscalía dice que el vehículo era propiedad de Miguel Antonio Menéndez Avelar, “Mecafé”, y que lo adquirió en febrero de 2016 por un precio de $100,000, pero ocho meses después se lo vendió a Pignato en $60,000.
Sin embargo, según el abogado defensor de Pignato, Marvin Flores, las tres testigos, al preguntarles si les constaba que la ex primera dama había firmado, dijeron que no.
Y además, agregaron que quien hizo todo el trámite fue Lilian Eugenia Perla Trujillo, que en ese momento era trabajadora de HS Imports, propiedad de Herbert Saca, primo del ex presidente Antonio Saca, y la firma se habría llevado a cabo en esa oficina.
De acuerdo con la información, en esa oficina le entregaron el dinero con la que se iniciaría la compraventa.
Otra de las testigos fue la notario Jessica Rosa María Torres, quien afirmó que nunca le constó que la firma era de Pignato. Torres inculpó a los fiscales que cuando iniciaron las investigaciones, y le tocó a Torres rendir su declaración, “la maltrataron y amenazaron con incriminarla”.
Torres, además, agregó que no le leyeron el acta que firmó.
La testigo fue coaccionada y amenazada, dijeron los abogados defensores de Vanda, que se mostraron preocupados, porque también no