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Wilfredo Medrano, abogado acusador de Tutela Legal “María Julia Hernández”. Foto Diario Co Latino/René Magaña.

Testimonios y prueba científica fortalecen cargos contra militares de alta jerarquía

Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino

Wilfredo Medrano, abogado acusador de Tutela Legal “María Julia Hernández”, reflexiona sobre el fortalecimiento de las pruebas testimoniales y científicas, que se encuentra acumulando el expediente de la Masacre El Mozote y sitios aledaños, en poder del juez del Tribunal Primero de Segunda Instancia de San Francisco Gotera, Morazán.

“Son 43 testigos, y el juez evalúa a los testigos para saber qué declaraciones deben de verificarse -eso solo él lo sabe- porque le interesa tener la certeza y no equivocarse en su resolución sobre estos casos, sobre estos hechos”, dijo en exclusiva a Diario Co Latino.

¿Cuál es tu lectura luego de las inspecciones oculares realizadas en La Joya?

-Este día, el juez de Paz de Meanguera Antonio Prudencio y todas las partes técnicas y la testigo María del Rosario López Sánchez, concurrieron a los sitios que ella relató, en el mes de octubre de 2017, ante el juez Jorge Alberto Guzmán, del Juzgado Primero de Segunda Instancia de San Francisco Gotera.

Y nos ha contado de nuevo cómo sus seres queridos eran asesinados por el batallón Atlacatl, y cómo los llevaban hacia el sitio de ejecución que era una mezcalera. Allí se encontraron más de 24 personas asesinadas, en su mayoría eran niños y niñas. Y se ha podido corroborar, en uno de esos sitios de ejecución, donde pudo observar el asesinato de sus familiares.

Luego, hace otro recorrido un poco más adentro, donde habían otras personas asesinadas (vecinos de la testigo) y es donde ella puede leer un rótulo que dice: “un niño muerto, un guerrillero menos”, es un letrero que como describió, lo hicieron los afectivos militares con sangre y tierra. Ellos utilizaron la sangre de las víctimas cuando estaban desangrándose.

¿Qué otro lugar señaló la testigo, de interés del juez?

-Ella nos llevó hacia ese lugar, donde vivió cinco años escondida con su familia que le sobrevivió. Ella huyó con su esposo (José de los Ángeles y sus hijos: Eugenio, Mélida y Rosalío) y que estando en esas montañas en condiciones paupérrimas logró alimentarse y sobrevivir a esta situación. Luego nos llevó a su casa de habitación, la que fue ocupada por los efectivos militares tres días, en que mataron sus animales domésticos, le robaron pertenencias e incendiaron su casa al irse de la zona.

Miembros de la FGR, de la PNC y abogados acusadores en el caso Mazacre de El Mozote realizan las inspecciones oculares en caserío El Potrero, cantón La Joya, Manguera, Morazán. Foto Diario Co Latino/René Magaña.

¿Cuál es el número de procesos que han realizado?

-Con esta inspección se llevan 24 de estos procesos judiciales, que vienen a fortalecer las declaraciones de los testigos en el sentido que el juez levanta el acta, acompañado por policías de inspecciones oculares que realizan una planimetría y fotografías, lo que vuelve más coherentes los testimonios de las y los testigos.

Estamos ante la verdad de un hecho que sucedió y en donde las pruebas son irrefutables, es decir, los testigos dicen la verdad, identifican en qué lugares estuvieron, adónde mataron a sus familiares. Aquí, con este proceso se están reconstruyendo las escenas primarias en donde fueron asesinados sus familiares.

¿Cómo se articulan los testimonios y el informe forense para el caso de la Masacre de El Mozote y sitios aledaños?

-Yo diría que el proceso va avanzando, en el sentido que se están fortaleciendo las pruebas, y donde la autoría mediata y la autoría material del batallón Atlacatl y altos oficiales de la Fuerza Armada (FAES) se están estableciendo y robusteciendo.

Es por ello que consideramos que el juez, que lleva el proceso y señala estas inspecciones para tratar de desvirtuar lo que la defensa (abogados) ha sostenido, determine que se trató de un enfrentamiento armado y que había presencia de guerrilleros en la zona, con todas estas pruebas queda constatado que es completamente falso ese argumento.

Ahora, una vez más se ha demostrado que los efectivos militares sacaron a las personas de sus casas de habitación, las llevaron en grupo donde fueron asesinadas, a excepción de la niña Rosario, quien estaba como a 50 metros de ese sitio de ejecución escondida y logramos tener su testimonio. Son 43 testigos que se han escogido por el juez para verificar sus testimonios y tener certeza, para no equivocarse en su resolución sobre estos casos, sobre este hecho.

Estamos optimistas que por primera vez se esté juzgando a 18 efectivos militares de alto rango y consideramos que la masacre en El Mozote y sitios aledaños es un caso emblemático que puede generar un precedente de garantía de no repetición de estos hechos violentos. Y esperamos que en un momento, estas personas sean encontradas culpables y condenadas de todos estos crímenes, en más de mil personas asesinadas en El Mozote.

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