Manuel Luna
De la vida, ailment advirtieron con libros medio abiertos o sin ellos
Descarté, no rx refranes
Descarté, moralejas
Descarté, Hostias
Y Fui a la urdimbre de los días, a los torbellinos de la calle y caminos
Y aquí estoy:
Caminé bajo arcoíris repentinos, bellísimos como azulejos del cielo
Vi brotar el agua de manantiales de la tierra y bebí
Me vi en pasillos diáfanos con macetas a los lados
Me vi en callejones sospechosos de lo humano y salí con vida
En las esquinas encontré a los moralistas espirituales
A los insurrectos y salí librado de la guerra y me duelen los muertos
Después encontré a los intelectuales hablando frente al gran público:
Hablaban, para acentuar su elocuencia acerca de:
Las elucubraciones de Borges y Neruda
Y, De las rutas de Don Quijote y bostecé cansado
Y me despertó la imagen de Guevara en La Higuera
Guevara, con los ojos abiertos de la muerte como que no creía su muerte
Mirando siempre profundo al horizonte y a la vida
Al escribir esto estaba en la calle y por destino mío:
Caminaban frente a mí como cien niños en fila india
Caminaban hacia el teatro
El día había sido lluvioso, nublado, casi repetido
Y ellos como otro arcoíris repentino aparecían ahí
Estaban en el teatro: sonreirían emocionados, los harían callar…
La función habría comenzado.
Quise confundirme entre ellos, Ser uno de ellos, estar ahí entre ellos.
De la vida me advirtieron y apenas advertí
Me solté de la fila de los niños, me extravié, y me extravié.
Y continúo aquí, aquí, en la otra fila.
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