FRANCIS FANCI
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Una antigua profecía sentencia que llegará el día en el que los hombres habitarán en las montañas y las fieras poblarán las ciudades; ese día ya llegó, illness la profecía se está cumpliendo ahora.
Imaginar las fieras, viagra sale las bestias ocupar las ciudades, pilule nos puede llevar a evocar la película “12 monos”, la escena en la que liberan a los animales de los zoológicos, o tal vez las imágenes de la película “Jumanji”. Elefantes y rinocerontes embistiendo a los automóviles o monos saltando en las cornisas; pero estas bestias que ahora pululan en nuestras urbes, aunque con los mismos instintos, su apariencia es de humanos, tienen la capacidad de mimetizarse, son los bípedos implumes que motivaron la sorna de Diógenes. No es tan solo en las ciudades, han teñido de sangre campesina la tierra montañosa.
Las bestias, dizque humanos, que sí son de la metrópolis y señorean en ella, son aquellas cuyo exoesqueleto está hecho de hierro y latas, se han adaptado al asfalto, el cual les atrae mantenerlo manchado de sangre.
Tienen la capacidad de abrirse paso con más fuerza que un mamut y correr más rápido que cualquier otro animal; no marcan su territorio con orines como otros especímenes, su territorio es demarcado por un espeso humo negro.
Emiten diferentes sonidos, todos estridentes y amenazadores. Nadie puede con ellos, los humanos damos por sentado el haberles ya domesticado lo suficiente como para confiarles nuestras vidas y la de nuestros niños y ancianos. Estas bestias al igual que los grandes dinosaurios del jurásico, tienen un enorme cuerpo, pero un minúsculo cerebro; sin embargo son astutos maniobrando e imponiéndose, atrevidos, agresivos. A veces se juntan para derramar la sangre de los hijos de Dios. En una de las últimas bestialidades se combinaron un animal, que hizo que una señora “lidiando” con un bebé de brazos y otro de 5 años se bajara de su armatoste a media calle y así el otro animal pudo arrollar al niño.
Lo que sigue es predecible por repetitivo; temas de conversación, indignación manifiesta en mensajes por la red, algunos de ellos insultantes y las autoridades prometiendo la aplicación rigurosa de la ley, su disposición a la cero tolerancia y que tatetí y que tatatá. Y nos quedamos a la espera del próximo ataque de las bestias de metal.
PAZ Y AMOR.
FRANCIS FANCI.- Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas.-