Diario Co Latino 134 años comprometido con usted
Artículos relacionados
@arpassv
Estados Unidos admitió el fracaso de su estrategia de agresión contra la soberanía de Venezuela. La subsecretaria de Estado para Latinoamérica, medicine no rx Roberta Jacobson, expresó la semana pasada su “decepción” por el rechazo de los gobiernos latinoamericanos a las sanciones adoptadas por el presidente norteamericano Barack Obama contra la nación suramericana.
Después de sancionar a varios funcionarios venezolanos a quienes acusa de violar los derechos humanos, Obama promulgó un decreto ejecutivo que declara a Venezuela una amenaza para la seguridad interna de Estados Unidos. Y esto generó un amplio rechazo de la mayoría de países de la región, cuyos gobiernos condenaron en forma contundente el irrespeto estadounidense a la soberanía y autodeterminación venezolana.
La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) manifestó su rechazo a la referida declaración del gobierno estadounidense. En voz del canciller uruguayo Rodolfo Nim Novoa, el bloque suramericano denunció las sanciones contra Venezuela como una “amenaza injerencista a la soberanía y principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados”.
En Centroamérica, El Salvador externó su “profunda preocupación por la declaración del gobierno de Estados Unidos que califica a Venezuela y a su gobierno, legítimamente electo, como una “amenaza” para su seguridad nacional”. El gobierno salvadoreño también exhortó a Estados Unidos que “observe el principio de autodeterminación de los pueblos y no intervención en los asuntos internos de los Estados”.
Los imperialistas y neocolonialistas estadounidenses que sueñan con el retorno de la “Doctrina Monroe” no esperaban semejante reacción de dignidad latinoamericana, por eso su “decepción”. Según la subsecretaria Jacobson, el gobierno de Estados Unidos esperaba que algunos países de la región defendieran las sanciones contra la nación venezolana.
A Estados Unidos “le salió el tiro por la culata” porque, en vez de aislar a Venezuela e intimidar a otros países de la región que ya no se someten a los designios de Washington, unificó a todo el Continente en la defensa de la soberanía venezolana y latinoamericana. Las amenazas de Obama, incluso, fortalecieron internamente al gobierno de Venezuela que llamó a todos los sectores del país a “cerrar filas”.
A este creciente sentido de autodeterminación, soberanía, integración y de rechazo al intervencionismo estadounidense en la región, se enfrentará Barak Obama en la Cumbre de las Américas a celebrarse la próxima semana en Panamá. Ojalá el presidente norteamericano y los suyos se den cuenta de una vez por todas de que América Latina ya no es su “patio trasero”.
