Por: Rolando Alvarenga
No por antipatriotismo (porque tengo mis impuestos al día), viagra más bien por sentido común, search sangre fría y pies en la tierra, viagra de acuerdo a mis proyecciones la Selección de Fútbol tiene más posibilidades de quedarse que de avanzar a la hexagonal.
Mi lectura es la siguiente, primero, matemáticamente y en este tipo de torneos cuadrangulares -de ida y vuelta- la ecuación en bien simple: ganar todos los puntos en casa y salir a la rebusca de sumar en el extranjero. Ecuación que en el caso salvadoreño no se ha cumplido al pie de la letra. Primero, porque no se trajo ni un punto de México y porque, jugando como local, se perdieron dos de tres ante Canadá.
Segundo, y aunque como primerizos la mayoría de estos chicos le meten muchas ganas y voluntad, creo de aquí a cuatro meses no estarán lo suficientemente maduros como para vencer a Honduras de local y tampoco a México. Tal vez, muy remotamente, puedan dar el campanazo visitando a los canadienses.
Al respecto, se insiste en que hondureños y mexicanos no andan bien, pero por antecedentes, siempre tienen lo necesario para resolver sobre El Salvador.
No estarán lo suficientemente maduros porque el colmillo futbolístico es algo que solo se obtiene con mucho roce internacional y jugando en una liga profesional de alta competencia, lo cual no es el caso salvadoreño.
Aquí de mucho podría servir la incorporación de varios experimentados que no entraron en los dos primeros partidos y la inyección de los legionarios. Creo que podrían aportar un buen volumen, pero no como para desbancar a México y Honduras.
Al final, ¿qué marcará la diferencia o el talón de Aquiles entre avanzar o quedarse? ¡Fácil!, el paso en falso de haber perdido los dos de tres puntos en el Cusca ante los canadienses ¡Así de sencillo!
Porque no me cae el veinte de que los salvadoreños ganen aquí y de visita los juegos restantes. Es que en el fútbol, como en el deporte en general, ya casi no se dan milagros y menos cuando El Salvador está de por medio, que tiene un historial de la patada. Y sostengo que la anterior exposición, como la mayoría de temas que enfoco, tiene que ver con mi sangre fría, experiencia, pies en la tierra y lo mucho que creo conocer de este fútbol antiprofesional que a mí no me deja margen para las cuentas alegres. Para muestra un botón, el “bonche” que se produjo entre varios convocados a esta última Selección la abrupta reacción federativa que mató la gallinita de los huevos de oro antes de la navidad.
Como ya sé que varios me van a salir conque soy un hombre de poca fe, anticipadamente les respondo que ¡nada que ver! Todo lo contrario, soy un hombre de mucha fe, pero en materia deportiva no; porque aquí siempre van a ganar los que integralmente se preparen y hagan mejor las cosas. Y obvio puedo sostener que Dios no ayuda a los que no trabajan como Él manda y, en este caso, se necesitará de cuatro milagros, lo cual es mucho. Así que ¡Adiós Rusia 2018!