Por Alina Dieste
El Diamante/AFP
«Todos y todas»: la guerrilla FARC de Colombia está «dando la pelea» para empoderar a las mujeres, a quienes debe «un reconocimiento» en la construcción de paz, según anunció este martes, a pocos días de firmar un acuerdo para terminar 52 años de conflicto armado.
«En las FARC hemos venido dando la pelea para que trascienda más el protagonismo de la mujer», dijo a periodistas Pastor Alape, miembro del secretariado (cúpula) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) e integrante de la delegación que negoció en Cuba el pacto de paz con el gobierno.
«En este proceso de diálogo (…) nuestras mujeres han cogido más verraquera (coraje) y se han parado y discuten con más entereza que como lo hacían en el siglo pasado», destacó Alape, que como el resto de guerrilleros suele usar las expresiones «todos y todas» o «compañeros y compañeras».
La inclusión de la visión de género en el movimiento político legal que sucederá a las FARC marcó este martes los debates de la Décima Conferencia Nacional Guerrillera, reunida para ratificar el acuerdo con el gobierno de Juan Manuel Santos tras casi cuatro años de negociaciones en La Habana.
Unos 350 delegados de los siete bloques de las FARC en toda Colombia asisten a la conferencia, que sesionará hasta el viernes en el aislado paraje El Diamante en el Caguán, bastión de la guerrilla en el sureste del país.
Sí al aborto
En los debates sobre género, las FARC también reiteraron su apoyo al aborto, ilegal en Colombia salvo excepciones por violación o riesgos para la vida de la madre o el bebé.
«El aborto es una decisión personal del derecho que tenemos las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo y nosotros eso lo defendemos. Y luchamos y estamos de acuerdo con el aborto, siempre y cuando la mujer lo decida», dijo en rueda de prensa la comandante ‘Olga Marín’.
Explicó que, antes de ingresar, a la mujer se le dice que para ser guerrillera hay que planificar y que no se puede ser madre mientras se esté en filas de las FARC.
«La mujer decide. Si acepta estas condiciones ingresa o no ingresa», dijo Marín, representante de las FARC en la misión tripartita de verificación del conflicto, en la que también están el gobierno y la ONU.
El aborto forzado ha sido denunciado por excombatientes que desertaron.
Las FARC «no han hecho un reconocimiento sobre esto, a pesar de las denuncias. Pero habrá mucha presión en el futuro», anticipó Kyle Johnson, quien recordó que muchas guerrilleras justifican el aborto como parte de la lógica de la guerra.
El experto de la ONG International Crisis Group, que estudia el conflicto colombiano, señaló la «visión de género de manera sistemática» iniciada en Cuba ya ha tenido efectos en las FARC.
Establecieron sanciones por discriminación, dieron más libertad a la mujer para elegir sus relaciones sentimentales y flexibilizaron el tema de la maternidad, explicó.
«Antes era decisión del comandante todo lo relacionado con embarazos, su terminación o no y la eventual entrega del bebé», dijo a AFP.
«La organización argumenta que siempre mantuvo la igualdad en tareas domésticas y de combate, pero en los hechos se van prácticas de la sociedad colombiana rural, que es aún más machista que la urbana», agregó Johnson, subrayando el hecho de que aún no haya una mujer en el secretariado.
Según el experto, esa estructura puede variar en el nuevo movimiento político.
Cuota, «una medida temporal»
Alape destacó lo que las «compañeras han podido hacer» para promover la participación política de las mujeres.
«Todos se preguntan por qué en el secretariado no hay mujeres. Son las condiciones, no podemos coger y poner figuras. ‘Es que son machistas’, nos dicen. Es lo que nos ha tocado hasta ahora. Esto somos, pero estamos dando una pelea permanentemente en ese sentido», dijo.
Para Tanja Nijmeijer, una holandesa que lleva 13 años en las FARC como ‘Alexandra Nariño’, la presencia de una mujer en un cargo de dirección tampoco garantiza que luche por los derechos de las mujeres.
«En La Habana hemos hecho un salto grandísimo para las mujeres en las FARC» para superar el machismo, típico de la sociedad colombiana, dijo esta guerrillera de 38 años, integrante de la subcomisión de género en las negociaciones de paz, destacando que fue un liderazgo «solo compuesto por hombres» el que promovió este debate.
«Hay que seguir avanzando. No somos muy partidarias de una cuota porque una cuota del 40% al 50% ayuda como una medida temporal», señaló a la AFP.
‘Natalie Mistral’, una guerrillera francesa de 43 años, coincidió: «Es algo que estamos intentando cambiar, pero no peleando con ellos, sino haciendo la prueba de que también somos capaces y sensibilizándolos».
Para ‘Mario’, un guerrillero de 36 años «del ala urbana» de las FARC que se fue de Bogotá al monte en 2010, las mujeres «son como la flor de nosotros».
«Son el apoyo y son más verracas (valientes)», dijo mientras cumplía su guardia para impedir el acceso a la zona donde la conferencia sesiona a puertas cerradas.