Naciones Unidas / PL
El secretario general de la ONU, António Guterres, recalcó la postura de tolerancia cero a la mutilación genital femenina, una violación abominable de los derechos humanos que causa sufrimientos horrendos a mujeres y niñas.
En su mensaje por el Día Internacional de Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina, el titular de Naciones Unidas pidió una mayor acción concertada y global para acabar con esa práctica.
La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos que implican alterar o lesionar los órganos sexuales externos de la mujer por razones no médicas.
A nivel internacional está reconocida como una violación de los derechos humanos de niñas y mujeres, y una forma extrema de discriminación contra ellas.
La MGF viola su derecho a la salud, a la seguridad, a no sufrir tratos crueles, inhumanos o degradantes, y les impide decidir sobre su propia integridad corporal y sexualidad, coinciden los especialistas.
Incluso, les quita su derecho a la vida cuando el procedimiento provoca la muerte.
Según expertos de la ONU, el tabú que rodea el tema impide que ellas hablen sobre sus experiencias, y el daño y el sufrimiento que les ocasionaron.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible busca poner fin a la mutilación genital, que generalmente se realiza en niñas y jóvenes.
Esa nociva práctica puede causar sangrado severo y graves problemas de salud: quistes, infecciones, infertilidad y complicaciones en el parto, así como un aumento en el riesgo de muertes de recién nacidos.
Si bien se concentra principalmente en 30 países de África y Oriente Medio, la MGF es un problema universal y se registra en algunas naciones de Asia y América Latina.
También continúa persistiendo entre algunas poblaciones de migrantes que viven en Europa Occidental, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda.
Según estimaciones de la ONU, al menos 200 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital. Mientras que 68 millones de niñas corren ese riesgo de 2015 a 2030.
En la actualidad, Somalia, Guinea, Djibouti y Egipto son los países con mayor prevalencia de MGF entre niñas y mujeres, de 15 a 49 años de edad.
Naciones Unidas y numerosas organizaciones intergubernamentales, incluidas la Unión Africana, la Unión Europea y la Organización de Cooperación Islámica, aúnan esfuerzos para acabar con esa práctica.
Además, apoyan iniciativas regionales y globales dirigidas a empoderar a las mujeres y velar por sus derechos.