Mauricio Vallejo Márquez
Escritor y poeta
Recuerda, for sale medicine borda sus recuerdos y surge en su mente el día que vino por primera vez a San Salvador. Entre ladridos que le daban freno al silencio de la madrugada, healing el bus que trasportaba a Dinora Alfaro subía el desvío de San Vicente, y a su lado comienza a emerger el sol.
Toca su pecho, sonríe y sus ojos detallan todo lo que piensa y revive con una palabra: aventura. Una aventura de 20 años sobre el escenario que augura que aún hay mucho camino que recorrer.
Esa aventura de la vida, de hacer lo que uno ama:
“Siempre jugué a actuar, siempre he amado la actuación. Cuando hacía cosas que no me gustaban, jugaba como si le estaba explicando al público los procesos: así se lavan los trastos, así se hace tal cosa y tal otra”, confiesa la actriz Dinora Alfaro, y agrega: “Con mis amigas jugábamos a actuar, desde que recuerdo (estaba en tercer grado), con mis amigas formamos el grupo Divililu, con las primeras dos letras de nuestros nombres: Dinora, Virna, Lilian y Lupita”.
Estuvo en pastoral juvenil en esos tiempos que la falda debe estar dos dedos bajo la rodilla, pero a pesar de eso el cuerpo crecía y era imposible tenerla como indicaban.
Nunca había visto una obra de teatro, sino hasta que los días pasaron y vino a estudiar en la U.
“Quería estudiar artes hasta que mi papá se convenció, pero no había nada en artes”, comenta.
Así que entre todo, decidió estudiar el bachillerato en Físico-matemático y se graduó.
“Me apasionaba la Física, me apasionaba resolver ejercicios y problemas, hasta que encontré una pasión que me llena el tiempo: el teatro”, cuenta y guarda silencio, parece que se bebe la tarde en un sorbo, al llevar la taza de café a su boca.
Inició de lleno en el teatro en 1993, en ese año hubo grupo de Teatro Universitario. Su primer ensayo fue en la cuarta planta de la Unidad de Desarrollo Artístico de la UES.
“Ahí conocí al Chojo (Jorge García) y pasábamos viendo lo que estaba pintando. Nos gustaba verlo trabajar”, recuerda.
Las plantas de sus pies comienzan a sentir el suelo y su movimiento se hace una ola: actúa.
“Mi primer ensayo fue una obra de Emilio Carballido con la obra Cosa de Mujeres. Estaba descalza, me encanta estar descalza en escena. Ese contacto con la base sólida que llamamos pido, estar bien parados. Trabajamos mucho descalzos”, explica.
Xela
En 1995 y 1996 tuvo su primera experiencia internacional en Quezaltenango, Guatemala. Ella recuerda con mucha alegría ese período. Era la primera vez que actuaba fuera de El Salvador. Entre las calles de Xela pasó su primer cumpleaños fuera de casa.
“Gente muy linda, un pueblo hermoso. Ahí descubrí lo hermoso de lo orgullo de ser latinoamericanos. La gente con la que vivía la sentía orgullosa y con un sentido hermoso de pertenencia”, rememora.
Desde entonces el camino por el escenario se volvió habitual, los ensayos, el maquillaje, los cenitales y andar descalza sobre el tablado para andar como si no hubiera suelo hasta que la obra terminara con los aplausos de los espectadores.
Dinora es el rostro que anuncia la temporada teatral del Teatro Poema, su rostro se ha vuelto habitual en las redes sociales y donde se invite a visitar al teatro y estará en escena del 11 de septiembre al 5 de octubre con tres obras junto al actor Óscar Guardado.
Fuera del teatro no interpreta otro papel mas que su vida. Se mueve en la cotidianidad de los días hasta el momento en que entra en sus personajes, aunque a veces en las calles no lo demuestre:
“Soy de las personas con menos facha de artista, porque procuro vestirme de forma oportuna”, dice, pero luego recuerda y añade: “Aunque me visto extraño para algunos”.
Ahora sólo hace falta contar los días para verla interpretar: Nuestro amante de Álvaro Ahunchaín, La fiesta de Spiro Simone y La Culpa la tuvo el tranvía de Cristina Merelli junto a Oscar Guardado y el técnico Cuevas Álvarez.