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Tony Romero, derecha, Campeón del 79, con Chomingo Chávez, Campeón del NORCECA de Caracas 1959.

Tony «revive» Romero, la cardíaca final del basquet entre McDonald´s y Maya

Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino

La gran final del basquetbol de la primera masculino, jugada la noche del 29 de noviembre de 1979 en el Gimnasio Nacional entre el McDonald´s y el Cemento Maya, clasifica como la más abarrotada, la más espectacular y la más dramática de todos los tiempos en el baloncesto salvadoreño. Al finalizar el juego, muchos de los miles de espectadores llegaron de madrugada a sus casas y enfrentaron los  consecuentes problemas matrimoniales.

Con buen nivel técnico, garra, coraje, condición física y canastas para todos los gustos, cerró con un dramático epílogo con el campeón (McDonald´s) saliendo de ultratumba para rescatar un partido que durante 35 minutos estuvo perdiendo, incluso, faltando fracciones de segundo, estaba abajo (93-92) y terminó ganando aflictivamente por 94-93. Maya se llevó el primer tiempo 50-38.

Jugando para el Cemento Maya, Roque Castaneda fue uno de los grandes protagonistas de la gran final de 1979. Foto archivo/Diario Co Latino

¿Aquello fue de película! lo más parecido a una tercera guerra mundial en pequeño con muchos corazones al borde de la explosión. Por su condición de invictos en 16 juegos los cementeros saltaron como favoritos para coronarse. La dirección técnica del Maya estaba a cargo de René Montalvo y la generación basquetbolística de los panameños Braulio Rivas y Luther Francis, más la producción de los nacionales Roque Castaneda, Chico Valle, Vladimir Lara, René Miranda, Walter Amaya y René «El Chino» Miranda.

Pero el McDonald´s de Neto Rusconi también tenía lo suyo y saltó a morir por la defensa de su título. En sus filas contaba con los panameños Mario Gálvez, Francisco Tuñón y los salvadoreños Oscar Rank, Kike Mónico, Piero Rusconi, Tony Romero, Amir Alabi, Carlos Meléndez, Gerarld O´Farrel y Mario Sosa. Nunca antes se habían visto, ni se volvieron a ver tantas estrellas juntas sobre la duela del «José Adolfo».

– EL RELATO DE UN SOBREVIVIENTE –

Para conocer más insumos sobre tan tremendo «partidón», Diario Co Latino contactó a uno de los protagonistas de aquella espectacular batalla que se quedó en la retina de miles y miles de aficionados como la máxima expresión de adrenalina y éxtasis que les ha pasado como aficionados basquetbolísticos.

Se trata del Ing. Tony «el sobreviviente» Romero, quien vivió en carne propia tan cardíaca experiencia y quien expresa; «Para este juego crucial tuvimos que entrenar en el Parque Barrios, porque la cancha del gimnasio no estaba disponible para nosotros.

ony Romero, tercero de izquierda a derecha, durante la premiación a los históricos del baloncesto.

Un par de horas antes del partido nos reunimos en el McDonald´s de El Salvador del Mundo con Don Neto Rusconi, quien con su estilo característico nos hacia sentir importantes y confiados en la victoria».

Relata que cuando llegaron al gimnasio no pudieron entrar por la entrada poniente, por lo lleno lo abarrotado que estaba el gimnasio y los fueron a meter por otra puerta. «Al empezar a entrar, ví como los aficionados se bajaban al segundo nivel colgándose de los tubos y pilares, porque la gente ya no cabía». Recuerda que la barra del McDonald´s estaba ubicada en el sector que ocupaba la del Externado San José.

Al fin saltamos a la tarima y recuerdo que salí de titular junto a Galvez, Rusconi junior, Rank y Mónico. Me tocó marcar a Luther quien era un jugador muy rápido e intenso. En el ataque mi mayor preocupación era la defensa del Maya, sobre todo, Miranda por ser un excelente marcador»

Romero admite que el Cemento les exigió al máximo y estuvo muy cerca de ganarles, pero la gran experiencia y «couchage» de Don Neto Rusconi siempre los mantuvo en guardia hasta que en los últimos minutos rescataron el partido para retener el campeonato ganado en el 78. «Galvez que venía de jugar a un gran nivel en Argentina, terminó anotando 46 puntos, casi la mitad del puntaje del equipo y definitivamente se constituyó en el gran pilar y diferencia a favor nuestro», expresa Romero.

Sostiene que posteriormente hubo otros llenos en el gimnasio, sobre todo en las finales estudiantiles de los setenta-ochentas, entre Liceo, Don Bosco y Santa Cecilia, pero no recuerda nada igual a la noche del 29 de noviembre  del 79. ¡Oh que noche!.

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