Tormentos,
de un pueblo
sangrante,
que se asesina
a sí mismo
con odio y sin
lamentos.
De una madre que llora
a su hijo desaparecido
como en el silencio.
Tormentos,
porque entre pobres
y pobres
hay muertos, y todo es
por la cancha,
la extorsión
y el miedo.
De un país que
se muere
de hambre,
mientras los
jóvenes yacen
en el suelo
con un tirro
en la frente.
Tormentos
que te hacen llorar
de día y de noche
por una guerra
sin fundamentos.
Tormenta,
tú que con tus truenos
nos hablas;
háblanos en español
porque no entendemos.
Ubaldo Ramos.