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TPS y fin del sueño americano

César Ramírez
@caralvasalvador

El sueño americano como concepto liberador de la pobreza obligada del capitalismo periférico, llega a su fin con el anuncio de la actual administración norteamericana.

Un sueño – de trabajo temporal- que abrazó a centroamericanos, haitianos y muchos más refugiados económicos en Estados Unidos que huían de las calamidades locales de sus naciones, hoy llega a su fin, así lo ha anunciado John Kelly secretario de Seguridad Nacional de EEUU (O1JUN017); esta declaración  parece la continuación de la campaña electoral del año pasado, cuando el entonces candidato presidencial lanzó la bandera amenazante de la deportación a los mexicanos (latinoamericanos) acusándoles de delincuentes, un discurso muy parecido al de Hitler cuando acusó a los judíos de todos los males de la humanidad, pero ahora Mr. Kelly divulga que pronto serán amenazas cumplidas.

Son miles de salvadoreños que pueden ser afectados a mediano plazo con esta situación, ¿qué hacer? me parece que la defensa de los nuestros emigrantes debe iniciarse en Estados Unidos, con todas las leyes de protección a los trabajadores; los consulados son los llamados a esta enorme tarea por los derechos humanos, de igual manera en la protección de sus bienes y familias, tal como lo ha hecho México, pero aún más, es un tema que incluye a la nación en la solidaridad con estas familias que pueden ser expulsadas de Estados Unidos.

En México se propuso un impuesto de solidaridad a favor de los deportados para construir un fondo de contingencia, un modelo de soporte económico que permitiría la creación de un centro de datos por especialidad laboral, que les ayude en su nueva condición de refugiados internos… no es tan extraviado contemplar empleos temporales en sus especialidades.

De igual forma el centro de los repatriados permitiría un control de deportados con antecedentes delictivos, orientación económica de inversión, ingreso al sistema de pensiones puesto que sus ahorros pueden prever su tiempo de jubilación.

La creación de un centro del emigrante podría ser un instituto que proponga soluciones posibles ante la llegada de cientos o miles de repatriados, las propuestas deben contener soluciones a largo plazo, al final la emigración continuará a pesar de todo, si no es al Norte podrá ser a otra zona que permita una vida con dignidad.

Una solución ideal es convertir el TPS en antecedente para optar a la residencia norteamericana, considerando el buen comportamiento y el pago de impuestos a cambio de un período de trámites legales, tal cual se propuso el año pasado como debate electoral en Estados Unidos, no obstante, la nueva administración no ofrece alternativas posibles.

Algunos compatriotas me expresaban su incertidumbre, otros optan por la clandestinidad laboral, algunos han comenzado a transferir sus bienes, al igual que sus activos financieros, han arreglado sus pasaportes y disminuido a cero las compras de los artículos de lujo, no más inversiones de largo plazo y comienzan a enviar sus ahorros a familiares a cuentas locales; en realidad como dice el refrán: soldado avisado no muere en la guerra. En general la situación es alarmante, tanto por la separación familiar como por el incierto futuro de retornar al país… pensar que existe sabotaje económico a nombre de la constitución, cuando es momento de ayudar a nuestros compatriotas, ahora es tiempo de solidaridad, solo recordemos como han contribuido con sus remesas al PIB.

www.cesarramirezcaralva.com

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