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Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
El papel de un trabajador social “está vinculado al bienestar integral de la población, especialmente la que está en condiciones de vulnerabilidad”, así lo afirmó María Aracely Linares, presidenta de la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras Sociales de El Salvador (ATSES).
Según la definición global de la Federación Internacional de Trabajo Social, “los principios de la justicia social, los derechos humanos, responsabilidad colectiva, el respeto a la diversidad son fundamentales”, para quienes ejercen esta profesión.
Señala que “el trabajo social es una disciplina académica que promueve el cambio y desarrollo, la cohesión, el fortalecimiento y la liberación de las personas (…). Asimismo, las involucra para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar su bienestar”.
“Nuestra obligación profesional es garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las personas vulneradas. Por ejemplo, si tenemos a un niño que ha sido vulnerado, debemos garantizar que viva con una familia que le garantice el ejercicio pleno de sus derechos”, afirmó la presidenta de ATSES, asociación creada en 1954 a fin de aglutinar a los trabajadores sociales e impulsar espacios de desarrollo.
Explicó que fue en 2017 cuando dejó de formar parte del Consejo Nacional de Salud Pública, que la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras Sociales de El Salvador tuvo un importante impulso a su desarrollo al volverse autónoma.
A diferencia del servicio social, que tiene un enfoque asistencialista y paternalista, el trabajo social obliga a quienes lo ejercen a garantizar el bienestar de la persona con “conocimientos especializados”.
Para Linares Palacios, el trabajo social es una carrera de derechos humanos, por lo que es importante garantizar el pleno ejercicio en todas las personas ya sea en salud, educación o el órgano Judicial, lo cual puede ser asegurado desde la formación de los profesionales.
“Es necesaria la coordinación con la academia para legitimar una estructura que vele por los derechos laborales y de profesionalización de los estudiantes ante las exigencias del mercado laboral”, dijo.
“Precisa que la asociación tenga al tanto a la academia de las exigencias del mercado laboral y de los procesos sociales que se están suscitando en la ciudadanía. La realidad nos está diciendo que entre más unidos estemos academia y asociación, se impulsaría un proceso más acorde a la actualidad”, agregó.
Si bien afirmó que “la educación brindada por la academia es pertinente”, señaló que aún faltan afinar algunas áreas básicas como el trabajo social como disciplina científica. Asimismo, mejorar la formación en terapia de familia, la doctrina de protección de la niñez y adolescencia, el trabajo social clínico, entre otros.
“La formación es con enfoque multidisciplinario, en donde exista una vulneración o amenaza hacia la población debe haber un trabajador social (…) hay veinticuatro áreas en donde un trabajador social puede desempeñarse; por ejemplo, en el órgano Judicial y varias de sus dependencias”, expuso la titular de ATSES.
En el marco del Día del Trabajador Social en El Salvador celebrado cada 30 de noviembre, motivó a los profesionales en el ramo a integrarse a los más de 1,700 asociados a ATSES y “provocar más incidencia en el desarrollo humano de los salvadoreño”.
“Nuestra línea es la profesionalización del trabajador social. Las exigencias de la realidad piden un trabajador social que diagnostique y plantee alternativas de solución a los diferentes escenarios que tenemos, como el problema social de la violencia”, puntualizó Linares.
De igual forma, manifestó que “mientras la estructura social no sea corregida, el impacto en el bienestar de la persona humana será negativo, de ahí la importancia del trabajo social.
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