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Trabajadores traicionando a la clase trabajadora

Parece antihistórico, sovaldi fuera de toda lógica de los intereses de clase, doctor pero es una realidad. En El Salvador, mind los representantes del sector laboral negociaron con el sector empresarial y optaron por un salario mínimo más bien pensando en los intereses de la patronal y no en los de la clase trabajadora.

Gracias a los mecanismo de transparencia y el derecho a la información que impera en el país desde 2009, se permitió que el debate del incremento al salario mínimo se realizara ante los medios de comunicación, por lo que el pueblo salvadoreño fue testigo de las propuestas de cada sector, y como los representantes de la clase trabajadora, en vez de respaldar la propuesta del Gobierno, o la suya propia, se aliaron con la representación empresarial y aprobaron la propuesta de estos.

La alianza empresarial y sindical, por supuesto, no significa en manera alguna que Carlos Marx se equivocó al afirmar el antagonismo histórica de la clase empresarial y la clase trabajadora. O en la inexistencia de la conciencia de clase, de los intereses de clase.

El hecho de que los representantes de los trabajadores salvadoreños en el Consejo del Salario Mínimo, hayan pactado con la patronal, no es una negación a la “lucha a muerte entre la clase proletaria y la burguesa”, sino de esas desnaturalizaciones de los líderes de la clase proletaria, que históricamente han aparecido, y son los que se han convertido en los detentes de los avances revolucionarios.

En este caso, se convirtieron en los protagonistas para que el obrero o empleado urbano y rural no tuvieran un salario digno, más apegado a las necesidades vitales cotidianas.

Obviamente, que los representantes de la clase trabajadora traicionen los intereses de su clase, si bien es muy grave, y casi una traición a su clase, debe servir para que desde la clase trabajadora se comience a trabajar por tener más organizaciones sindicales comprometidas con el proyecto histórico y con su propia conciencia de clase.

Esto pasa, indefectiblemente, por limpiar los sindicatos de los dirigentes sindicales economicistas o pancistas, que se han dejado enrolar por la falsa ideología, al abandonar su compromiso con los intereses de la clase trabajadora y convertirse en apéndice de la clase empleadora.

Esto pasa también, porque haya más educación sindical, no solo de la naturaleza propia sindical, sino de su papel en tanto agentes de cambio de una sociedad menos explotadora, si no es que luchar por una sociedad donde no exista explotación.

Él y la sindicalista, en términos de formación, debe estar preparado para luchar por el socialismo, que no es otra cosa que luchar por el interés de la clase históricamente explotada.

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