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SAO PAULO/Xinhua
A 37 aumentó la cifra de muertos por las fuertes lluvias en el estado brasileño de Rio Grande do Sul (sur), mientras que 74 personas están desaparecidas en una de las peores tragedias climáticas que hasta el momento ha afectado a 235 municipios, entre ellos la capital, Porto Alegre, donde se rompió una compuerta que inundó este viernes el centro de la ciudad, informó la Defensa Civil.
Rio Grande do Sul, estado limítrofe con Argentina y Uruguay, registra lluvias permanentes desde el lunes pasado que han provocado la crecida de los ríos y destrozos en puentes, situación que ha puesto en estado de alarma la ciudad de Porto Alegre con más de 1,4 millones de habitantes, debido a que una compuerta de un dique permitió el paso del río Guaiba.
Las fuertes lluvias se expandieron hacia el vecino estado de Santa Catarina, donde se registró la muerte de una persona a raíz de las inundaciones y deslizamientos de tierra.
El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva reconoció la situación de calamidad para enviar pertrechos y ayuda financiera a Rio Grande do Sul.
De acuerdo con el último balance de Defensa Civil, un total de 31.547 personas han sido evacuadas, de las cuales 7.949 se encuentran en albergues colectivos y 23.598 se refugiaron en casas de familiares y amigos.
En total, 351.639 personas en 235 de los 496 municipios del estado enfrentan algún tipo de problema.
“Serán días difíciles. Pedimos a la gente que abandone sus casas. Nuestro objetivo es salvar vidas. Se perderán cosas, pero debemos preservar vidas. Nuestra prioridad es rescatar a las personas. En cuanto al resto, ya encontraremos la manera más adelante”, afirmó el gobernador Eduardo Leite.
Leite confirmó que la tempestad es “el mayor desastre en el estado” y que Rio Grande do Sul vive una “situación de guerra”.
La Defensa Civil colocó a la mayoría de las cuencas fluviales del estado en riesgo de que el agua superara el nivel de inundación.
La situación dramática que se daba en los municipios del interior del estado llegó a la capital, donde la subida del río Guaíba por ejemplo inundó los centros de entrenamiento de los dos principales clubes de la ciudad, Gremio e Internacional.
El nivel de agua del río que baña a Porto Alegre superó los 4,5 metros y avanzó sobre calles y avenidas, provocando inundaciones en tramos del paseo costero. La estación de autobuses de Porto Alegre está inundada y el 95 por ciento de los viajes fueron suspendidos.
De igual forma se ha registrado daño a infraestructura como puentes, carreteras y puertos fluviales en el entorno del río Taquarí, que cruza la región que es uno de los polos agroganaderos más importantes de Brasil.
Incluso las ciudades turísticas como Bento Gonçalves, principal polo de la industria del vino en Brasil, y Gramado y Canela, están sufriendo con las inundaciones.
Las clases en todo el estado permanecen suspendidas desde el miércoles.
Según la Secretaría de Medio Ambiente de Porto Alegre, esta es la mayor inundación desde 1941 en la ciudad y la subida de las aguas perjudicó el funcionamiento de la estación hidrometeorológica.
Los expertos en meteorología indicaron que las tormentas que ocurren en Rio Grande do Sul son un reflejo de al menos tres fenómenos que ocurren en la región, agravados por el cambio climático.
El fenómeno está vinculado a intensas corrientes de viento, un bloque atmosférico debido a una ola de calor que choca contra un corredor de humedad del Amazonas, que aumenta la fuerza de la lluvia.
La cadena de noticias GloboNews informó que se espera que esta condición persista hasta mañana sábado, con acumulaciones que podrían alcanzar hasta 400 milímetros. El volumen debería sumarse a los más de 300 milímetros de lluvia registrados en los últimos cuatro días.
