César Ramírez
@caralvasalvador
Nuestra nación esta destinadas a la tragedia, provocada por eventos naturales y otros forzados por circunstancia sociales; la prevención de dichos sucesos debería ser prioridad, en ese sentido existe un concepto que otras naciones denominan: “racionalidad política”: es un acuerdo multipartidario en temas de nación, en Estados Unidos se resume en “Acuerdos Bipartidistas”, acá no llegamos ni a la unidad sobre problemas que detonarán crisis sociales, económicas, salud, etc.
Si un evento causó daño social fue la pandemia, un acontecimiento mundial que provocó luto nacional e internacional, los Centros de Contención por cuarentena fueron denunciados por el atropello a los Derechos Humanos, una verdadera tragedia para personas que murieron por diversas causas en dichos centros, además la falta de acceso a la información del dinero público.
Nuestra nación vive la tragedia permanente por las emigraciones de los compatriotas, muchos salen de sus hogares con una leve esperanza de oportunidades, se abandonan a su suerte, así existen miles de ciudadanos que pierden todo, algunos logran llegar a su destino, pero no les espera un fácil entorno de incorporación legal; aceptamos esa actitud como normal, incluso con sus infortunios, se ha convertido en un factor cultural de “probar suerte”, usualmente fracasa.
La corrupción es una tragedia porque mata inocentes, así la medicina no llega a hospitales, las escuelas no se construyen, las carreteras se abandonan, los puentes se caen, los agricultores no cosechan, los cultivos perennes se arruinan al no prevenir plagas, las mentes brillantes de profesionales son excluidos de legítimos ascensos etc.
El olvido es una tragedia crónica en nuestra sociedad, el dolor de tantas familias con desaparecidos acompaña a miles de ciudadanos, el olvido de los desaparecidos en guerra o en tiempos de paz no tiene consuelo jamás, mucho más si los hallazgos de restos humanos son ocultados o la información es un secreto de Estado, es una tortura generacional.
Los terremotos no son predecibles, aún en nuestra época tecnológica muchos ciudadanos mueren a causa de la fuerza interna de la tierra, pero la tragedia acontece cuando los fondos destinados a los damnificados se derivan hacia objetivos personales o políticos, como aquella organización que durante el terremoto del año 2001 robó la ayuda a damnificados en Las Colinas de Santa Tecla.
Los fenómenos climáticos: tormentas, huracanes, depresión tropical son una tragedia recurrente, desnudan la pobreza, algunos como: Fifí 1974, Micht 1998, Tormenta Amanda, Huracán Bonnie y otros, nos muestran la fragilidad masiva, ahí los ciudadanos aferrados a terrenos irregulares al borde de ríos, quebradas, barrancos, intentan construir sus precarias vidas, no obstante el resultado es el mismo, una reducción del nivel de desarrollo humano que no podrá recuperarse en años, se pierden vidas, cultivos, animales de crianza, inversiones privadas, enseres personales, maquinaria etc.
También vivimos el Estado de Excepción que es una tragedia para la democracia y muchos detenidos, no se distingue entre delincuentes e inocentes circunstanciales, los 54,229 capturados (06OCT022) son una cifra “impresionante” para calificarla de buena o mala, no es precisa, es necesario comprenderla bajo el criterio de derecho nacional e internacional, de no ser así todo opositor político puede ser arrestado en cualquier momento.
Existe otra tragedia que sucederá en los próximos meses: la reelección presidencial y el cambio de la Constitución de la República, esa historia es una página sangrienta desde el Golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931.
En conjunto de estas tragedias deben observarse por la Justicia que se encuentra en cada paso de la sociedad, una justicia sin olvido, retributiva, solidaria… es importante en consecuencia “la racionalidad política” y no separarnos de nuestra Historia de siglos durante la tragedia. amazon.com/author/csarcaralv