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Gioia Tauro/AFP
La mayoría del arsenal químico de Siria fue transbordado este miércoles en el puerto italiano de Goiai Tauro al carguero estadounidense MV Cape Ray, último paso para su destrucción en aguas internacionales.
«Hemos hecho un esfuerzo extraordinario para organizar bien el transbordo», aseguró el ministro italiano para el Medio Ambiente, Gian Luca Galletti, quien supervisa personalmente la operación.
«Italia contribuye así en forma determinante al desarme de Siria», comentó por su parte la ministra italiana de Relaciones Exteriores, Federica Mogherini.
La última fase para la destrucción del arsenal químico sirio, que tomó mucho tiempo para ser evacuado dentro de ese país, iniciará cuando los 78 contenedores con peligrosas sustancias, entre ellas gases mostaza, del tipo que fue usado durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sean transbordados del buque danés Ark Futura al buque estadounidense.
El «Cape Ray» está equipado con el material necesario para destruir las armas químicas en alta mar sin peligro para el medio ambiente.
Italia ordenó reforzar las medidas de seguridad alrededor de Gioia Tauro, mientras todos los accesos al puerto fueron cerrados a la circulación privada por fuerzas de seguridad que impiden la entrada de toda persona no autorizada a los muelles.
El transbordo inició hacia las 07H00 GMT después de que un equipo de expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) revisara los contenedores.
Los primeros tres embalajes contenían gas yperita, mejor conocido como gas mostaza, asfixiante, seguido por otros con gas neurotóxico sarín.
«La operación se está realizando más rápido de lo que pensamos», reconoció el ministro Galletti.
En la operación participan también 35 marines y 64 químicos del Centro Químico y Biológico Edgewood del ejército estadounidense.
Un equipo de bomberos italianos vigila el transbordo, mientras un helicóptero militar sobrevuela el espacio aéreo, que ha sido prohibido a la aviación civil del 1 al 3 de julio.
Medidas especiales han sido tomadas en los accesos al puerto calabrés, uno de los más importante del sur de la península.
Una operación delicada
«No se trata de una operación de rutina, sino de una operación militar. Eso es preocupante», criticó por su parte el sindicalista Domenico Macri, que teme descuidos.
«No se puede hablar de cero riesgo», agregó.
El gobierno italiano ha tomado toda suerte de precauciones para tranquilizar a los habitantes de la zona, que han criticado la falta de transparencia e información.
Un grupo de cerca una decena de personas se reunió el martes por la noche en forma sorpresiva en la localidad de San Ferdinando, la más cercana al puerto, para protestar contra la operación.
En enero pasado, el gobierno italiano recalcó que el puerto calabrés cumple con todos los requisitos para efectuar el traslado de material altamente peligroso según los códigos internacionales.
Según las autoridades, el puerto maneja al año más de 3.000 contenedores con sustancias tóxicas de alta peligrosidad.
OPAQ estima que la destrucción en el ‘Cape Ray’ tomará unos 60 días, y que la mayoría de los productos químicos serán destruidos en menos de cuatro meses.
Las armas químicas serán neutralizadas a través de un complejo sistema electrónico que mezclará las sustancias hasta volverlas inertes.
