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TRANSPARENCIA, LA GRAN DEUDA DEL OFICIALISMO

Luis Arnoldo Colato Hernández

Educador

La reciente noticia por parte de la banca multilateral de que nuestro país es el que menos inversión extranjera ha recibido, es grave por sus consecuencias prácticas.

Por supuesto desde hace tres años advertimos ese hecho por la baja en el empleo en general como por el aumento exponencial del coste de vida, que todavía no recupera los empleos perdidos en la pandemia, a los que debemos además sumar el provocado desde el oficialismo, dirigido contra todo aquel que hubiera sido nombrado en gestiones anteriores en cargos estatales, particularmente por la izquierda.

Pero consideremos el hecho que supone el contraste derivado de la narrativa oficial, que nos pinta un escenario opuesto, un Edén salvadoreño, y que es repetido como mantra por el oficialismo, cada vez que tiene audiencia a su alcance.

Por otro lado, la afirmación oficial que subraya la supuesta independencia de los diferentes poderes del estado, se opone al hecho de que nada se hace en el país sin la expresa autorización caprichosa del ejecutivo, que impone la concreción de un estado presidencialista, con absoluto menosprecio de la institucionalidad, lo que hace del nuestro, un genuino estado neofascista en construcción.

Y qué decir de lo concerniente a la inversión pública, sobre la que tenemos que acotar que, como ninguna la presente administración ha tenido más recursos derivados de créditos contratados a la banca multilateral a su disposición, que la suma de todas las gestiones de los últimos treinta años, pero como sociedad civil, sencillamente ¡no sabemos cómo se han gestionado!, pues no existe ninguna infraestructura generada por la presente gestión, que se corresponda con semejante suma de recursos.

Ello se evidencia crudamente con el incidente del monumental estadio Cuzcatlán, donde fallecieran varias de las personas implicadas, y las autoridades inexplicablemente no intercedieron a pesar de haber sendas columnas de miembros de UMO enfrente del edificio, que habiendo observado los hechos no interfirieran.

El hecho es que, además, las personas lesionadas no fueran trasladadas al hospital El Salvador, presentado como el más cool de la región en razón de su supuesto equipamiento de última generación, a pesar de encontrarse a pocas cuadras del evento, y fueran referidos a otras infraestructuras hospitalarias lejanas, lo que costara finalmente varias vidas.

Tal negligencia sólo puede explicarse porque esa infraestructura es en realidad un elefante blanco, una edificio vacío que solo opera propagandística mente, lo que fuera evidenciando por esas dolorosas circunstancias.

Entonces todo se reduce a respaldarse el régimen aparentemente sólo de un efusivo discurso, el cual a su vez no se respalda de nada, pues el propósito es guardar las apariencias, imponiendo una narrativa, pero solo eso.

La ausencia de transparencia tristemente se cae en el devenir del tiempo, y ahora vemos con crudas evidencias que así se sucede también aquí.

Quizás el oficialismo se apoya en el hecho de que este mismo pueblo también respaldo a arena durante 20 años, sin ningún logro, solo saqueando por más de $50, 000, 000, 000. 00 al país.

Si es así, ¿Qué nos espera?

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