JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO
La niñez y la adolescencia es un periodo del desarrollo que se caracteriza por la búsqueda de identidad, for sale pero, help éste periodo del desarrollo está distorsionado por condiciones socio ambientales como la mala distribución de la riqueza, la debilidad crónica de las políticas sociales, la falta de oportunidades manifestada en desempleo y subempleo, el pobre nivel educativo, la desnutrición infantil y la falta de cobertura del sistema de salud. Éstas frustran las necesidades de expresión personal y la falta de respuestas que la sociedad brinda, facilitan problemas psicológicos y empujan a una trágica determinación. Ya que los jóvenes se consideran rechazados y buscan apoyo en las maras, en la drogodependencia y en la delincuencia. La familia es víctima de exclusión y ésta provoca comportamientos inadecuados en sus miembros.
La pobreza deteriora la salud y el déficit de salud perpetúa la pobreza. El binomio pobreza-enfermedad se encuentra desde la gestación: la mala nutrición de la madre hace que se dé una elevada mortalidad infantil y el nacimiento de niños con bajo peso. La deficiente nutrición deja huellas irreversibles y en la edad adulta, la pobreza genera una dieta insuficiente que se traduce en bajos niveles de energía, bajo rendimiento laboral y frecuentes enfermedades.
Por las relaciones de mercado, los servicios de salud se vuelven inaccesibles a los pobres. Por eso es necesario salir de la “familia excluida” a una “familia que reclama y demanda sus derechos” como sujetos y protagonistas. Pero, percibimos a las familias difíciles como aquellas que se quejan, reclaman, rebelan y no se someten. A esas familias solemos categorizarlas de “enfermas” o “psiquiátricas”1. Por eso, en psicoterapia es importante tener en cuenta las características básicas del grupo familiar y los factores históricos capaces de influir en la evolución de la familia (económicos, psicológicos, jurídicos, morales y religiosos).
TERAPIA FAMILIAR
Jirina Knoblochova y Ferdinad Knobloch, en la obra “La Salud Mental de la Familia en Europa”, aseveran 2, que la conducta del neurótico es caótica y enigmática cuando se estudia aisladamente, pero en un contexto de grupo, se vuelve inteligible. Desde la prehistoria, el hombre vive en pequeños grupos o grupos sociales. Y para comprender al enfermo, hay que comprenderlo en relación al grupo al que pertenece. La Teoría del Pequeño Grupo, resulta ser el marco teórico más adecuado para psicoterapia.
El grupo del enfermo presenta circuitos de interacción y sistemas de autorregulación social. La ventaja de los métodos de grupo es, que se pueden identificar los circuitos de comunicación. Para ello pueden ser útiles el método de interrogatorio, la interpretación de personajes y el psicodrama.
El tratamiento de la unidad familiar es el siguiente: en las primeras sesiones, el psicoterapeuta habla por separado con cada cónyuge. Después, el psicoterapeuta se reúne con los dos cónyuges. La psicoterapia familiar puede incluir a otros miembros de la familia. A la vez, la pareja puede participar en psicoterapia de grupos con otras parejas. La psicoterapia familiar es una psicoterapia por etapas. El tratamiento debe iniciar con una psicoterapia individual, luego la pareja, el grupo familiar y la comunidad terapéutica.
En “El arte de la Terapia Familiar”, Salvador Minuchin afirma3, que la literatura de la terapia familiar ha puesto interés en la técnica terapéutica y no en la figura del terapeuta. La figura del terapeuta comenzó a hacerse invisible en los escritos de los pioneros de la terapia familiar.
La coparticipación reconoce al terapeuta como un agente activo, pero, la connotación positiva lo concibe como agente pasivo (Coparticipación: el terapeuta está en el mismo barco que la familia, pero, él debe ser el timonel y Connotación Positiva: abstenerse de criticar a cualquiera de la familia). La desaparición del terapeuta es intencional, pues hay un peligro de imponer los valores culturales propios, sobre otra persona. Para controlar la influencia del terapeuta en la sesión, se crearon controles externos sobre sus intervenciones terapéuticas.
Hay dos clases de terapeutas: el terapeuta Intervencionista, práctica la terapia activa comprometida y el terapeuta no intervencionista o terapeuta pasivo, practica un estilo minimalista que se concentra en el lenguaje y la narrativa. El terapeuta pasivo giró hacía el constructivismo social y hacia el posmodernismo (Constructivismo Social: el conocimiento no es una representación de la realidad externa, sino, un consenso construido por individuos y Posmodernismo: conversación gobernada por amplios discursos socioculturales, donde prevalecen ciertas perspectivas, se obvian y marginan otras). La Familia, como sistema social, es reemplazada por la noción de “Sistema de Lenguaje”, como unidad social. La interacción familiar, sigue ocupando un lugar fundamental en el terapeuta intervencionista. El terapeuta desarrolla una comprensión experimental de los patrones interactivos familiares. El terapeuta debe actuar como participante del drama familiar y como observador. El terapeuta pasivo o intervencionista, es un agente de cambio. El terapeuta pasivo se mueve bajo mínimos en un espectro de baja intensidad. El terapeuta intervencionista, actúa bajo mínimos en un espectro de alta intensidad.
La familia es un grupo de personas unidas emocionalmente y/o por lazos de sangre. Han vivido juntos tiempo suficiente, han desarrollado patrones de interacción y han desarrollado historias. La familia desarrolla estilos preferentes para intercambiar sus verdades. Los componentes de la familia son roles y funciones. El sistema familiar encierra un número de subsistemas. Los subsistemas están rodeados por límites permeables o rígidos.
Las negociaciones de la vida familiar establecen patrones. Y la jerarquía es el aspecto de organización de la vida familiar. El terapeuta familiar evalúa el mapa estructural de una familia mediante la configuración familiar y la evolución familiar (Configuración Familiar: demografía de la familia y Evolución Familiar: conductas prescritas en diferentes etapas del ciclo vital).
La estructura familiar puede ser adaptativa para determinado tipo de familia, pero, desadaptativa para otra familia. La familia puede alterar la estructura familiar para adecuarse mejor a nuevas necesidades y expectativas. La misma estructura familiar puede ser adaptativa en determinada etapa y disfuncional en otra etapa. Cuando hay desacuerdos irresolubles, la familia emplea la autoridad para zanjar la cuestión.
Dentro del grupo de terapeutas intervencionistas encontramos a Virginia Satir, Cari Whitaker, Murray Bowen y Jay Haley. En el grupo de terapeutas pasivos encontramos al Instituto de Investigación Mental (MRI), Steve de Shazer, El Grupo de Milán, Michael White, El Instituto Familiar de Galveston y la Terapia Feminista. Las terapias pasivas crean un gran conjunto de técnicas que limitan las actividades y posturas del terapeuta.
El terapeuta se encuentra con una familia que le pide ayuda. Se trabaja con los subsistemas. Se comienza con la familia completa. Cuando se quiere cuestionar la intrusión de los hijos en el conflicto, se les invita a que se salgan. Se pide a los hijos que regresen cuando la sesión requiere su participación.
Las familias son sistemas sociales conservadores, se mueven a través de periodos críticos, ya que demandas de nuevas circunstancias requieren un cambio en la manera de pensar, sentir o relacionarse de los miembros de la familia. El terapeuta es el motor del cambio. El sistema terapéutico introduce cambios en un patrón usual disfuncional. El terapeuta explora el potencial de cambio, mediante la localización de áreas de conflicto e incrementando la intensidad del conflicto (Conflicto: interacción usual difícil e imposible). Elevar su intensidad abre a miembros de la familia la exploración de nuevas formas de comportarse.
El terapeuta selecciona, temporalmente, a un coterapeuta entre los miembros de la familia. Las familias vienen a la terapia con un paciente oficial y una presentación sobre ensayada del Yo. La historia familiar se transmite a dos niveles: Narrativa y drama (Narración Interrumpida: un miembro posee una historia diferente y Drama Familiar: conflicto latente o inesperado comienza a aparecer). La meta del cambio es, animar a la exploración de diferencias y poner a miembros familiares en potenciales curadores del otro.
Necesitamos “tocar” a las familias a nivel emocional y de relaciones. La ruta para estas intervenciones es la representación, es decir, llevar a la familia a la acción en presencia del terapeuta.
CENTROS DE DÍA, HOGARES GERIÁTRICOS, ESCUELA DE PADRES Y CLÍNICAS INFANTILES.
Enrique Eduardo Krapf en “La Salud Mental de la Familia en Europa” señala 4, que la familia de tres generaciones es atípica, pero, frecuente. En ella puede haber un efecto favorable o desfavorable respecto a la salud mental de la vieja generación. Una función específica de la vieja generación dentro de ella suele ser, a veces, las responsabilidades educativas. Pues muchos abuelos sustituyen a los padres en la educación de los nietos. Pero hay constelaciones familiares que son psíquicamente tan traumáticas, que pueden causar daño a la salud mental de los ancianos. Además, hay personas de edad avanzada con trastornos emocionales (neurosis) o mentales (psicosis) que requieren de un alejamiento temporal y a veces permanente de su familia.
Los Centros de Atención de Día, son un espacio físico propio para adultos mayores que ofrecen actividades recreo-educativas, vocacionales y terapia ocupacional dirigidos a ofrecer un envejecimiento con dignidad y calidad de vida. Y Los Hogares Geriátricos, son instituciones especializadas para el cuido del adulto mayor en sus actividades cotidianas y en la supervisión de tratamientos médicos.
André Isambert en “La Salud Mental de la Familia en Europa” informa 5, que la Escuela de Padres fue propuesta, por primera vez, en Paris en 1929. La fundadora de la Escuela de Padres fue Madame Vérine. En la Escuela de Padres la atención exclusiva era la psicología infantil. Ya que cualquier problema de salud mental que surja en el hogar, suele ser tratado por los padres como un problema exclusivo del niño. Los padres se fijan únicamente en el niño. Aunque esas dificultades del niño, pueden obedecer con frecuencia, a la actitud de los propios padres. Por eso, la Escuela de padres comenzó a elaborar una psicología específica de los padres. La psicología de la familia ha fundido ambos estudios: La psicología infantil y la psicología de los padres. La finalidad que se persigue con la Escuela de Padres es, ayudar a los padres a resolver sus problemas por sí mismos.
Los métodos de enseñanza de la Escuela de Padres son: la conferencia pública, las charlas mensuales radiofónicas, la revista mensual, las pequeñas reuniones (donde se proyecta de una película corta, hay una discusión sobre la misma y los participantes exponen sus propios casos), las conferencias prematrimoniales, las reuniones con jóvenes y seminarios para la formación de educadores de padres.
Joseph Sandler, en “La Salud Mental de la Familia en Europa”6, presenta la Clínica de Hampstead, centro donde se realiza evaluación, diagnóstico y tratamiento a niños y niñas, quienes asisten cinco veces a la semana a una sesión de cincuenta minutos.
La Clínica Hampstead desciende de las Guarderías Hampstead que dirigieron Anna Freud y Dorothy Burlingham. También ofrece la formación de maestros y enfermeras puericultoras.
El diagnóstico y la terapéutica se ofrecen, cuando el niño o la niña se han apartado del desarrollo normal. Se pretende hacerlos volver a la senda de la normalidad. El servicio de guardería está previsto para niños de tres a cinco años y la Residencia Infantil, ofrecen hospitalización y hogar adoptivo a niños y niñas con trastornos de conducta e impedidos que desarrollan trastornos mentales secundarios.