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César Villalona
Después que la ANEP y sus aliados del sector laboral acordaron un irrelevante incremento al salario mínimo, la gremial empresarial ha dado tres declaraciones equivocadas que debemos aclarar.
En un comunicado del 1 de junio de 2016, cuando se acordó el ajuste salarial, la ANEP dijo lo siguiente: “el sector privado representado en el Consejo Nacional de Salario Mínimo, acordó aceptar la petición de los trabajadores de aumentar en un 15% el salario base mensual de los sectores industria, maquila y los diferentes rubros agropecuarios”. Eso no es cierto. La propuesta la hizo la ANEP, tal como consta en el acta de la reunión de ese día, donde se lee lo siguiente: “el Presidente somete a votación la propuesta de incremento al salario mínimo hecha por el Sector Empleador, la cual es aprobada con cuatro votos a favor de los sectores trabajador y empleador…” En el debate de ese día estuvieron presenten, los medios de comunicación y algunos lo transmitieron en vivo, a pesar de que la ANEP y sus aliados no estaban de acuerdo. De manera que es de conocimiento público que la ANEP hizo la propuesta y sus aliados la apoyaron ¿Por qué, entonces, la ANEP dijo lo contrario? ¿Será que intuyó el rechazo social al insignificante ajuste salarial y quiso trasladarles el costo a sus aliados? La ANEP también hizo una declaración equivocada en las redes sociales, donde le exigió al gobierno respetar el acuerdo de la mayoría en la tripartita. El gobierno no está irrespetando nada. Los directivos de la ANEP saben que el Ministerio de Trabajo tiene facultad legal para hacerle observaciones al decreto y enviarlo a la tripartita para su reconsideración. El decreto no está elaborado porque la representación de la ANEP en la tripartita no entregó a tiempo las nuevas fichas salariales. Y cuando la Ministra tenga el decreto lo observará, tal como se lo encomendó el Presidente de la República y lo han pedido más de 60 organizaciones sindicales, instituciones académicas, ONG y dirigentes políticos.
La tercera declaración equivocada de la ANEP la dio su Presidente cuando afirmó, el 9 de junio, en el marco de la entrega de premios de la ASI, que el primer 5% de aumento al salario mínimo propuesto por la ANEP comenzaría de inmediato y el segundo aumento, también de 5%, comenzaría en enero de 2017. El señor Cardenal dijo eso para que la gente creyera que habría un aumento de 10% en un período corto. Pero no es así. Lo que aprobaron la ANEP y sus aliados, y es lo que consta en el acta de la tripartita, fue que el segundo aumento inicie el 1 de junio de 2017 y el tercero el 1 de junio de 2018.
Al señor Cardenal le preocupa el rechazo del pueblo al acuerdo a que llegaron su gremial y sus aliados laborales, de un ajuste salarial de 5% anual y 4.5% para comercio y servicios. Sobre todo le preocupa lo que dijo el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Luis Escobar Alas, quien calificó dicho aumento de “pecaminoso”. Pero en vez de enmendar el error de la ANEP, su presidente trata de hacer maniobras fuera de lugar.
Si Cardenal quisiera salvar el “prestigio” de la ANEP debería revisar su táctica política ante un tema tan sensible para la población, en especial para la gente que sobrevive con bajos salarios, que es la mayoría. A la ANEP no le ayudará seguir defendiendo una actitud “pecaminosa”.
